Ayer atendimos una llamada telefónica del periodista de El Nacional, Boris Saavedra. Trató principalmente de la presunta amenaza que hay sobre nuestro ingreso a la lista de los investigables por el asunto de Amuay. Funciones propias de todo parlamentario, desestimamos el asunto - además - porque no acudimos personalmente a Paraguaná, sino que suscribimos una solicitud de investigación por ante el Ministerio Público, pero nos solidarizamos con los colegas diputados que se apersonaron en Falcón y en Caracas, empleando los canales institucionales regulares. Sin embargo, el caso no es ese, pues, conversando sobre otros temas, surgió lo del viaje de Nicolás a China y le insistímos en dos cosas: una, para qué arrendar un avión cubano si está el avionzote adquirido por Chávez Frías; y, dos, es parte de una estrategia de saturación noticiosa lo de la ya supuesta prohibición estadounidense de sobrevuelo sobre el espacio de Puerto Rico. Por cierto, tocamos brevemente esta circunstancia del telegobierno, el de comunicarse solamente por vía Twitter, sin atreverse a enfrentar a los periodistas a través de libérrimas ruedas de prensa.
LB
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