Táchira
Luis Barragán
Exageradamente pronto, se dirá, para intentar un análisis en profundidad en torno a los novísimos resultados electorales. Sin embargo, deseamos una rápida referencia a la experiencia tachirense de estos años.
La entidad andina se hizo prioridad estratégica para el poder central, y – agreguemos – las fuerzas irregulares del vecino país que hallaron una corajuda resistencia del gobernador Pérez Vivas. No sólo le negaron los recursos que constitucionalmente le correspondían, sino que tuvo por respuesta el sabotaje cuando los recurrentes aguaceros afectaron a los sectores más humildes; enfrentó oportunamente la corrupción, con valiente determinación; ahorró lo más que pudo para lograr una gestión favorable al colectivo que tropezó, por siempre, con un parlamento regional presto a un enfermizo boicot; y, entre otras facetas, contribuyó al logro de una viva y palpable unidad democrática que tuvo que encarar la artificial y sospechosa candidatura de un ex – alcalde que, más adelante, nos permitirá reflexionar sobre la naturaleza y alcances de la llamada antipolítica.
Valga subrayar el carácter pedagógico de un gobierno conformado por todas las fuerzas y corrientes políticas y sociales, sin excepción. Contrastando con otras experiencias regionales, el gobierno de Pérez Vivas efectivamente fue de unidad democrática, concursado por todos y cada uno de los sectores política y socialmente organizados, permitiéndole una autorizada vocería frente al agresivo poder central que no economizó esfuerzo alguno para intentar apocarlo.
Distintas situaciones hasta personales hubo de afrontar, como el impune secuestro del personal del 171 que escenificó la Guardia Nacional, la confiscación de la maquinaria en instantes que procuraba remediar el desastre vial producto de las lluvias, el desarme de la policía regional, sumada la detención del escasísimo personal de seguridad que lo acompañaba al transitar una vez por los límites con el estado Barinas. Soportó la invasión del ahora gobernador electo del estado Aragua, rebotado con sus funcionarios, y el personal empeño que tuvo Chávez Frías para destronarlo, gracias a la fortaleza de sus convicciones y a una experiencia política que no se encuentra en la botica de la esquina.
Los resultados de reciente proceso comicial tachirense merecen una reflexión profunda, pues, aunque adversos, le conceden un importante, revelador y significativo porcentaje a la oposición democrática. Y, como bien nos dijo una persona amiga, alto dirigente de un partido distinto al de los socialcristianos: resultados que pudieron ser catastróficos de no contar con el liderazgo firme y claro de César.
La diferencia entre la calidad humana y política de César y estos bárbaros es infinita. Él lo sabe pero es bueno que sus amigos se lo recordemos para quemantenga intacta su fortaleza como dirigente. ÉL sabe que hay un mañana, pero es bueno que también sus amigos se lo recordemos. El perdedor acá es el pueblo tachirense.
ResponderEliminarYa habrá otras batallas, y de seguro César será protagonista.
Hermann Alvino