No estamos jugando carritos
Luis Barragán
La llamada antipolítica desecha toda experiencia acumulada, prefiriendo apostar según las circunstancias. Acá, es demasiado parecido aquello de caminante no hay camino, sino estelas en la mar de Antonio Machado, al como vaya viniendo, vamos viendo del Eudomar de Ibsen Martínez. Sin embargo, tan cercana la hora de todas las dificultades institucionales generadas por el propio régimen, el colmo sería que la dirigencia fundamental de ambas aceras incurriera en errores garrafales y de consecuencias impredecibles.
El oficialismo exhibe a dirigentes macerados desde el poder que, relativamente jóvenes cuando ascendieron, gozaron de la directa protección de Chávez Frías. Éste, un dato inevitable, hizo de la lealtad el motivo esencial de la promoción y, aunque algunos exhiben una anterior trayectoria política nada despreciable, jamás adoptaron decisiones importantes o maduraron en la oposición.
Digamos, como decisores, fueron eximidos de esa escuela que también es la oposición, por lo que – ahora – les corresponde dar pasos difíciles, los que no estaban en el libreto, al asumir solitariamente el gobierno por el que, otro dato, forzosamente compiten. No cabe el ditirambo, la consigna, la arenga y toda esa retórica complaciente que los hizo alcanzar y asegurar distintas posiciones, sino la muy precisa resolución de un conflicto en puertas que ha de partir de un correcto diagnóstico de la situación y de la ponderación realista de sus consecuencias.
Maduro y Cabello, los líderes visibles del oficialismo, tienen una inmensa responsabilidad frente al país, aunque se empeñan en exponerla exclusivamente ante los suyos. La vigente Constitución de la República es muy clara al respecto, pero – barajadora de varios escenarios – pueden incurrir en un acto de excesiva temeridad que solamente lo evita esa experiencia adquirida, no importa si desde el poder, y la suficiente humildad para consultar a propios y extraños. Y, es necesarísimo añadirlo, esto vale para el liderazgo visible de la oposición que, presumimos, no ha vacacionado a sabiendas de la hora de todos los peligros que se acerca.
Esto no es un juego de carritos, por lo que está prohibido asumir el problema de acuerdo a los antojos y cálculos personales. Ligada al azar, la antipolítica es mala consejera.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/12/no-estamos-jugando-carritos/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=929506
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