lunes, 17 de diciembre de 2012

DE LO EFÍMERO Y TRASCENDENTE

NOTITARDE, Valencia, 16 de Diciembre de 2012
"Caminando con Cristo"
Cristo nos trae alegría y paz (Lc. 3,10-18)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

Este tercer domingo de adviento es conocido como el "Domingo de la Alegría", porque nos anuncia la llegada inminente del Mesías y Salvador de la humanidad. La celebración de la primera venida del Señor al mundo (La Navidad), nos trae contento, paz y gozo de saber que Dios en persona nos ha venido a salvar, que viene al encuentro de cada hombre para ofrecerle el camino que conduce a la felicidad plena. Al mismo tiempo, el cristiano católico que espera el retorno o la manifestación total del Señor al final de los tiempos (según lo confesamos todos los domingos en el credo de nuestra fe cristiana católica, basado en las mismas palabras del Señor que promete su regreso al mundo) no lo hacemos llenos de miedo, angustia, terror o desesperación; todo lo contrario, aguardamos la venida gloriosa del Señor con la paz y serenidad que nos regala el mismo Señor, con la certeza de quien trata de vivir sus palabras de vida eterna, de cumplir sus mandamientos que se resumen en el amor.
Ante un mundo que nos ofrece una alegría superficial pasajera; ofreciendo dinero, fama, sexo, alcohol, drogas, consumismo, que para muchas personas es la razón de existir, Dios nos ofrece amor, paz, alegría, oportunidad de experimentar el gozo de ser amados eternamente y de participar y corresponder al amor de Dios y de los hermanos. Dios nos renueva desde dentro para transformarnos con su gracia cuando le abrimos el corazón a Él por la fe y esto produce un profundo gozo que nada ni nadie nos puede arrebatar, ya que Dios viene a habitar dentro del corazón de la persona que cree en Él y espera en Él y nada puede producir más alegría que tener a Dios a nuestro lado, como nuestro amigo, el creador de todas las cosas, el que lo puede y realiza todo y que nos colma con sus bendiciones.
Este tercer dominsdgo de adviento nos invita a estar alegres (Fil. 4, 4-7), porque quien tiene a Cristo en su vida lo tiene y lo puede todo, supera las adversidades, tiene fuerzas para sobreponerse a los momentos difíciles de la vida, encuentra la paz que sólo Dios puede ofrecer, vida plena y sobre todo aprende a amar con amplitud y experimenta el gozo de ser amado.
La alegría del cristiano nace del sentirse amado y de aprender a amar a Dios y a los demás, de tender la mano a los que menos tienen, a los que pasan necesidad, a saber compartir lo mucho o lo poco que se tiene como contrario al egoísmo, a vivir en la honestidad y la justicia como oposición a la corrupción y a la maldad, a vivir en la verdad y la paz como rechazo a la calumnia y la violencia. Todo esto por amor y como reflejo que el cristiano sigue a Cristo, modelo y maestro de la humanidad y verdadero Dios que ha venido a redimirnos del pecado y de la muerte eterna.
Ante tantos mesianismos falsos que se presentan en nuestro tiempo, ante tantas ofertas de felicidad y vida confortable, ante tantos que especulan y manipulan con la fe, con discursos atractivos, pero llenos de mentira, ante aquellos que lo que buscan es llenarse los bolsillos con la fragilidad de otros, el cristiano necesita poner su mirada y toda su vida en el verdadero Mesías y Salvador anunciado y proclamado por Juan El Bautista. El viene con poder, el nos dona su Espíritu Santo, nos unge con su gracia, tiene la autoridad para conceder vida eterna y llevarnos a la Casa del Padre. Él es la Buena Noticia que viene a la vida de cada ser humano y le asegura felicidad en esta vida y luego gozo sin fin, junto a Dios y todos los santos en la eternidad y ésta promesa la ha sellado con su sangre, muriendo en la cruz y resucitando. Es el auténtico Mesías que ha atestiguado sus palabras con el sacrificio de la cruz, hecho de una vez para siempre. Por tanto, acerquémonos a Él y encontraremos todo aquello que necesita nuestra vida presente y futura: amor, paz y alegría sin fin.
IDA Y RETORNO: hoy es un día para cumplir con Venezuela, para contribuir a que la democracia se fortalezca, no son momentos para la indiferencia o apatía, es momento para elegir en conciencia aquel candidato a gobernador que haga que Carabobo y Valencia progresen y sea un Estado modelo. Salgamos a votar con alegría.
A todos mis lectores, a todos los cristianos católicos de nuestra Arquidiócesis, a los hombres y mujeres de buena voluntad que hacen vida en nuestra región, les deseo de corazón una Feliz Navidad. Que el Señor Jesús bendiga sus hogares, los ayude en sus necesidades, los consuele en sus tristezas y sobre todo llene sus corazones de fe, esperanza y amor. Que aprovechen estos días para vivir la fraternidad, la unidad, el encuentro familiar, el perdón y pongan ante el pesebre o el arbolito sus buenos deseos para el nuevo año 2013. Bendiciones para todos y que podamos seguir compartiendo juntos la alegría de ser cristianos.

Ilustración: Keith Parks

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