El Globo, 28 de Mayo de 2000
Repensar las cosas
Luis Barragán
“Decidí ir caminando hasta
el banco de Galiano. Es la
única manera de ver lo que
está pasando a mi alrededor.
Salí caminando en zigzag”
Edmundo Desnoes
Insistamos: el gobierno actual no vino, sorpresivamente, en una nave extraterrestre. Hubo cosas buenas y también malas, reivindicado el ancho horizonte de los matices. Simplemente, cuatro décadas no caben en un bolso viajero.
Digamos que la crisis agudizó de tal manera que la respuesta ha sido estrepitosamente errónea, siendo más fácil tipificarla en términos políticos y sociales que económicos y culturales. Sin embargo, recuerdo aquél revelador artículo de Miguel Ignacio Purroy, publicado a mediados de 1986 en la revista “Sic”, avisándonos del sobrevenido fracaso del modelo de desarrollo, como el estudio sobre los valores del venezolano, realizado por Roberto Zapata, tres o cuatro años atrás.
El colmo sería la de una absoluta impunidad, pero es demasiada la exageración de imputarle – y exclusivamente - a AD y COPEI que Chávez exista y acontezca todo lo consabido, como tan fácilmente le pareció al hoy asediado Napoleón Bravo, el mismo que lo promovió e hizo diaria burla del parlamento tropical, sin el peso de una crítica responsable. No siento que exista una tendencia compartida de percepciones que vayan más allá de las consignas de oportunidad.
En días pasados, me sorprendió un amigo que tiene fama de buen entendedor de las cosas, pues, sencillamente, no logra afianzarse en una versión de lo que ocurre, palpados el orígen y el probable destino. Concluí provisionalmente que fue un “dependentólogo” tan dificultado en el partido donde militó, paseando hoy su reflexión por algunas “escuelas”, hasta sentir la tentación del más anacrónico positivismo.
No hay un llamado, invocación y ejercicio de la responsabilidad, persistiendo el desorden, la improvisación, el facilismo. Esto puede explicarse en ciertos componentes raciales también representados en Chávez, completó el personaje. Anonadado, intenté la crónica de los últimos tiempos y hasta le recomendé el célebre estudio que Arturo Sosa Esejota publicó en la materia (el positivismo, refiero). Y, además, me comprometí en la remisión de estudios, como el de Juan Linz, sobre la quiebra de las democracia, sin que entienda aún tamaño extravío.
Está en crisis la propia versión de la crisis que padecemos. Estos no son tiempos para las ocurrencias pasajeras ni el deleite de una frase afortunada. Repensar al país luce como el más extraordinario desafío para ir más allá de lo existente.
Post-data (12/06/12): Por entonces, nos atormentaba un poco la idea de la crisis y su versión. Espeso anochecer antes del amanecer, o claridad que anuncia esa espesura. Gramsci y los monstruos.
Fotografía: Tomada de Facebook / Marta Elena González Herrera, madrugada valenciana (06/12)
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