miércoles, 4 de abril de 2012

LA VENTANA EN LA PARED


EL NACIONAL - Miércoles 04 de Abril de 2012 Opinión/8
Hora Mundial
Socialismos existentes e inexistentes
DEMETRIO BOERSNER

Quienes anhelamos participar de modo práctico en la lucha por una Venezuela libre y justa, y nos ubicamos en el campo teórico socialdemócrata, basamos nuestras propuestas en la percepción de realidades concretas, tales como el cambio climático, la crisis del capitalismo clásico y su reemplazo por modelos emergentes, el impacto de cambios técnicos y psicosociales en el ejercicio democrático, los reacomodos de la correlación de fuerzas estratégicas globales, el auge de neofascismos y amenazas terroristas, y nuestro drama de descomposición.

Esporádicamente nos llegan las voces de una élite etérea (aunque no desinteresada) de estudiosos de teorías sociopolíticas "posmodernas" que nos reprochan nuestra "banalidad" o "mediocridad", al basar nuestras propuestas en lo que realmente es y no en lo que "debería" ser. Esa izquierda intelectual etérea quisiera que, en lugar de dar unos primeros pasos, siguiendo ejemplos reformistas de centroizquierda que han demostrado su eficacia en otros países, esperemos con los brazos cruzados a que ella nos suministre el modelo perfecto (engendrado en sus cerebros por una suerte de concepción inmaculada) de un socialismo posmoderno ideal, libre tanto de las lacras tiránicas del comunismo estalinista y postestalinista como de las debilidades claudicantes que a veces caracterizaran a la socialdemocracia kautskiana, fabiana o bernsteiniana.

Sin embargo, tal "tercer tipo" de socialismo, desprovisto de fallas, jamás ha existido realmente ni podrá existir, salvo como producto de un proceso histórico de larga duración. Los únicos dos socialismos "realmente existentes" han sido y son hasta ahora el comunismo y la socialdemocracia. El primero fracasó históricamente cuando colapsó la Unión Soviética. El otro ha tenido momentos gloriosos en las resistencias antifascistas y anticolonialistas, y notables éxitos en la construcción de una nueva sociedad, basada en una economía de mercado pero orientada por los intereses y la voluntad democrática de los mayoritarios sectores laborales, populares y medios.

En Noruega, Suecia y otros países democráticos avanzados construyeron Estados de bienestar poscapitalistas con elevados niveles de igualdad y calidad de vida. En países en vías de desarrollo ese modelo puede ser adaptado a las circunstancias. En ambos casos, se puede avanzar de la economía de mercado "capitalista" a una economía de mercado esencialmente "laborista" o socialmente democrática. Creemos que no existe otro camino. Su éxito depende de la amplitud de la democracia política que lo enmarque.

Fotografía: María F. Sigillo, Proyector Casa Sindical El Paraíso Caracas (03/12)

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