A propósito de una idea expuesta por Reinaldo Gautier
Luis Barragán
Recientemente,
tuvimos la suerte de recibir en la Comisión Permanente de Cultura y
Recreación de la Asamblea Nacional a François y Reinaldo Gautier,
quienes propusieron la creación de un Registro Nacional de la Biblioteca
de la Música y el Centro Nacional de Edición y Métodos de Enseñanza
Musical. Versaron en torno a los problemas y vicisitudes que la
creación musical popular y académica confronta en Venezuela, habida
cuenta del específico lenguaje que emplea y las dificultades existentes
para el cabal reconocimiento jurídico de la autoría, afectando la
propia difusión de las obras.
Reinaldo Gautier, el
ponente, nos ejemplificó respecto a los esfuerzos que la familia hizo
en el pasado para la catalogación, impresión y comercialización de
piezas que forman parte de nuestro patrimonio espiritual y cultural.
Ilustró sobre las razones tan comprensibles que llevaron a Teresa
Carreñó o a Pedro Elías Gutiérrez a confiarse en empresas extranjeras,
cediendo éste por un dólar a una firma estadounidense los derechos sobre
“El alma llanera”, planteada su recuperación, aunque – creemos – quizá
la concesión la promovió de tal manera que la convirtió en el
“segundo himno nacional”.
Frecuentemente, las orquestas
sinfónicas de exportación – infantiles y juveniles – no interpretan
piezas de cuño nacional porque – sencillamente – no están editadas, como
las que abundan en torno a compositores principalmente europeos. He acá
una magnífica oportunidad – agregamos – para la anhelada
industrialización cultural venezolana, pues la iniciativa privada y la
gubernamental pueden competir por una producción que posiblemente espera
el mercado, dato universal e inevitable que el socialismo rentístico se
esfuerza por eludir, excepto el petrolero.
Tiempo
atrás, recibimos también a una representación de la meritoria Orquesta
Sinfónica de Venezuela, encabezada por Alejandro Montes de Oca,
presidente de la ya octogenaria asociación civil, circunstancia ésta que
le ha permitido sobrevivir a distintas coyunturas políticas, parte de
lo que llamamos el fenómeno venezolano de la gurización. Este y ningún
país se entendería, sin el concurso de varias generaciones para alcanzar
las grandes obras como el Metro de Caracas, el Complejo Hidroeléctrico
de Guri y la misma OSV.
La diligencia orquestal estuvo
sintetizada en la necesidad de mayores recursos para la entidad que, en
desventaja incomprensible con el consabido sistema nacional de
orquestas, ahora afronta un interesantísimo programa de visitas a las
escuelas. Añadida la exposición a la de Gautier, nos autorizan a soñar
con organizaciones definitiva y vocacionalmente civiles que puedan dar
una plena satisfacción a Venezuela y al mundo, gracias a las inversiones
complementarias en una adecuada y confortable sede, reivindicándoles la
Radio Nacional de Venezuela hoy partidistamente contaminada, además de
todo lo que concierne a la industria del disco, del libro y la
telemática, de los implementos musicales y otras que los especialistas
puedan señalar.
Pronto, se deshizo el ambiente de
cordialidad que caracterizó la exposición de Reinaldo Gautier, porque –
naturalmente – la bancada democrática de la oposición, genuinamente
interesada en el tema, preguntó por todo lo que ha planteado el
gobierno en la materia y el sistema de registro de los derechos de
autor. La Unidad Democrática no necesitó de un mayor énfasis sobre las
más de veinte cartas firmadas por los Gautier y jamás respondidas,
destinadas a diferentes dependencias oficiales, a objeto de plantear la
idea, porque el PSUV - igualmente desinformado – negó cualquier oficio
o invitación al titular del despacho u otros funcionarios que pudiesen
ilustrar a la Comisión.
La señalada conducta es común,
por cierto, a todas las comisiones parlamentarias donde está consagrada
la ininterpelabilidad de la alta o mediana burocracia, reacia a admitir
toda diligencia – incluso - de información. Por supuesto, es una manera
de comprender y hacer la política desde un parlamento dócil y supeditado
a Miraflores, generando la angustia de quienes acuden a la Asamblea
Nacional sin más credenciales que un legítimo y patriótico sentir
ciudadano.
A veces, comprendemos el nerviosismo de
los que, además, cuidan de no responder un sencillo correo electrónico
para no comprometerse ante la probable retaliación oficialista, aunque
verbal y confidencialmente manifiestan su indignación. No obstante,
coincidimos en el trabajo esencial que, a pesar de las adversidades,
adelantamos.
Expuestas nuestras ideas en relación al
proyecto de Ley Orgánica Sobre la Cultura, seguiremos en la larga espera
por los que ansían el Decreto-Ley de Chávez Frías. Ansiedad que explica
la inmensa necesidad de no arriesgar opinión alguna, aunque saben muy
bien que la materia escapa de las competencias presidenciales por muy
generosa que haya sido la apuesta de la habilitante.
Reiterando
nuestro respeto y consideración por François y Reinaldo Gautier,
Alejandro Montes de Oca, el grupo Fibonacci y todos los que acudieron,
acuden y acudirán a la Comisión de Cultura, consideramos con amplitud
democrática los planteamientos que ojalá podemos recoger y concretar en
un instrumento legal inspirado en el artículo 2 de la vigente
Constitución de la República. Hay inmensos retos que afrontar para la
industrialización de nuestra música, autenticando un patrimonio cultural
del que estamos orgullosos.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/04/a-proposito-de-una-idea-expuesta-por-reinaldo-gautier/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=859900
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