martes, 24 de abril de 2012

INDUSTRIALIZACIÓN DE LA CULTURA

A propósito de una idea expuesta por Reinaldo Gautier
Luis Barragán

Recientemente,  tuvimos la suerte de recibir en la Comisión Permanente de Cultura y Recreación de la Asamblea Nacional a François y Reinaldo Gautier, quienes propusieron la creación de un Registro Nacional de la Biblioteca de la Música y el Centro Nacional de Edición y Métodos de Enseñanza Musical.  Versaron en torno a los problemas y vicisitudes que la creación musical popular y académica confronta en Venezuela,  habida cuenta del específico lenguaje que emplea y las dificultades existentes para el cabal  reconocimiento jurídico de la autoría, afectando la propia difusión de las obras.

Reinaldo Gautier, el ponente, nos ejemplificó respecto a los esfuerzos  que la familia hizo en el pasado para la catalogación, impresión y comercialización de piezas que forman parte de nuestro patrimonio espiritual y cultural. Ilustró sobre las razones tan comprensibles que llevaron a Teresa Carreñó o a Pedro Elías Gutiérrez a confiarse en empresas extranjeras, cediendo éste por un dólar a una firma estadounidense los derechos sobre “El alma llanera”, planteada su recuperación, aunque – creemos – quizá  la concesión  la promovió de tal manera que la convirtió  en el “segundo himno nacional”.

Frecuentemente, las orquestas sinfónicas de exportación – infantiles y juveniles – no interpretan piezas de cuño nacional porque – sencillamente – no están editadas, como las que abundan en torno a compositores principalmente europeos. He acá una magnífica oportunidad – agregamos – para la anhelada industrialización cultural venezolana, pues la iniciativa privada y la gubernamental pueden competir por una producción que posiblemente espera el mercado, dato universal e inevitable que el socialismo rentístico se esfuerza por eludir, excepto el petrolero.

Tiempo atrás, recibimos también a una representación de la meritoria Orquesta Sinfónica de Venezuela, encabezada por Alejandro Montes de Oca, presidente de la ya octogenaria asociación civil, circunstancia ésta que le ha permitido sobrevivir a distintas coyunturas políticas, parte de lo que llamamos el fenómeno venezolano de la gurización. Este y ningún país se entendería, sin el concurso de varias generaciones para alcanzar las grandes obras como  el Metro de Caracas, el Complejo Hidroeléctrico de Guri y la misma OSV.

La diligencia orquestal estuvo sintetizada en la necesidad de mayores recursos para la entidad que, en desventaja incomprensible con el consabido sistema nacional de orquestas, ahora afronta un interesantísimo programa de visitas a las escuelas. Añadida la exposición a la de Gautier, nos autorizan  a soñar con organizaciones definitiva y vocacionalmente civiles que puedan dar una plena satisfacción a Venezuela y al mundo, gracias a las inversiones complementarias en una adecuada y confortable sede, reivindicándoles la Radio Nacional de Venezuela hoy partidistamente contaminada, además de todo lo que concierne a la industria del disco, del libro y la telemática, de los implementos musicales y otras que los especialistas puedan señalar.

Pronto, se deshizo el ambiente de cordialidad que caracterizó la exposición de Reinaldo Gautier, porque – naturalmente – la bancada democrática de la oposición, genuinamente interesada en el tema,  preguntó por todo  lo que ha planteado el gobierno en la materia y el sistema de registro de los derechos de autor.  La Unidad Democrática no necesitó de un  mayor énfasis sobre las más de veinte cartas firmadas por los Gautier y jamás respondidas, destinadas a diferentes dependencias oficiales, a objeto de plantear la idea, porque  el PSUV  - igualmente desinformado – negó cualquier oficio o invitación al titular del despacho u otros funcionarios que pudiesen ilustrar a la Comisión.

La señalada conducta es común, por cierto, a todas las comisiones parlamentarias donde está consagrada la ininterpelabilidad de la alta o mediana burocracia, reacia a admitir toda diligencia – incluso - de información. Por supuesto, es una manera de comprender y hacer la política desde un parlamento dócil y supeditado a Miraflores, generando la angustia de quienes acuden a la Asamblea Nacional sin más credenciales que un legítimo y patriótico sentir ciudadano. 

A veces, comprendemos el nerviosismo de los que, además, cuidan de no responder un sencillo correo electrónico para no comprometerse ante la probable retaliación oficialista, aunque verbal y confidencialmente manifiestan su indignación. No obstante, coincidimos en el trabajo esencial que, a pesar de las adversidades, adelantamos.

Expuestas nuestras ideas en relación al proyecto de Ley Orgánica Sobre la Cultura, seguiremos en la larga espera por los que ansían el Decreto-Ley de Chávez Frías. Ansiedad que explica la inmensa necesidad de no arriesgar opinión alguna, aunque saben muy bien que la materia escapa de las competencias presidenciales por muy generosa que haya sido la apuesta de la habilitante.

Reiterando nuestro respeto y consideración por François y Reinaldo Gautier, Alejandro Montes de Oca, el grupo Fibonacci y todos los que acudieron, acuden y acudirán a la Comisión de Cultura,  consideramos con amplitud democrática los planteamientos que ojalá podemos recoger y concretar en un instrumento legal inspirado en el artículo 2 de la vigente Constitución de la República. Hay inmensos retos que afrontar para la industrialización de nuestra música, autenticando un patrimonio cultural del que estamos orgullosos.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/04/a-proposito-de-una-idea-expuesta-por-reinaldo-gautier/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=859900

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