FERMENTADOR

EL NACIONAL - Jueves 12 de Abril de 2012 Opinión/10
A Tres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
La masificación de la cultura
EDGARDO MALASPINA*

La historia, al crear conciencia entre los pueblos, conforma el andamiaje que constituye la cultura, la cual es el modo común de pensar organizado de los individuos de una sociedad.

Esto les permite realizar actividades sociales coherentes, materiales y espirituales. Etimológicamente la palabra proviene del latín cultus (cultivado) y ura (resultado de acción).

En un principio el término se asoció a los cultivos, la agricultura y la instrucción.

El Diccionario de la Real Academia Española tiene varias definiciones: 1. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico. 2. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial, en una época, grupo social, etc.

El poeta colombiano Jaime Jaramillo dice: "Un país sin cultura, solamente con carreteras, supongamos, es como una persona sin corazón, porque es el corazón el que te hace funcionar. Qué se gana con tantas cosas materiales si no se tiene una elaboración personal que te permita comprender y enriquecer tu vida con ideas, con conceptos, porque se puede ir de aquí allí, como sea, en carro, a pie, pero la mente te permite ir más lejos y no se ve. Por eso la mejor revolución que se hace es a través de la cultura, del pensamiento".

Para Shiller la grandeza de un pueblo no radica en la política, sino en la cultura en tanto apropiación individual, en cómo desarrollar sus formas y en comprender que en el arte podemos encontrar un sentimiento estético de libertad gracias a la apariencia real de la obra artística individual. La Unesco (1994) define la cultura como conjunto de rasgos definitivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social. Engloba no sólo las artes y las letras, sino también los modelos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

Ahora bien, ¿cuál es la relación entre la educación y la cultura? A través de la educación pueden adquirirse algunos conocimientos. También puede adquirirse una cultura general; pero no siempre. Hay personas diplomadas sin cultura, y las hay sin títulos con una cultura amplia.

Es decir, se puede ser culto sin educación formal. Muy interesante es el concepto que tiene André Maurois: "Cultura es lo que queda después de haber olvidado lo que se aprendió". He allí, precisamente, la diferencia entre educación y cultura.

La educación puede masificarse, la cultura no siempre.

Hay quien prefiere contar bienes materiales, y quien prefiere contar cuentos. Esto no es cuestionable, porque es un asunto de personalidad, gustos e inclinaciones.

Lo cuestionable es querer alcanzar altos niveles culturales a través de la masificación de la educación. Ya lo dijo Gandhi: "Toda educación sin cultura espiritual no tiene utilidad, e incluso puede resultar dañina". Puede haber educación de masas, la cual sin el elemento espiritual no se transforma en cultura de masas. La única cultura de masas real y palpable es la de las buenas areperas y panaderías.

(*)Universidad Rómulo Gallegos. San Juan de los Morros

Estimado: Lo que en verdad debe preocuparnos es la banalización cultural que está en los tuétanos de la massmediatización de todo cuanto existe. Ello es bien diferente de la idea esencial de democratización del conocimiento, de expansión de las prácticas culturales, del diálogo de saberes y el encuentro de civilizaciones.

Lo que la Escuela de Frankfurt conceptualizó como "sociedad de masas" es justamente el proceso de vaciamiento y enajenación que está en la base del consumismo reinante, de la trivialización de todo contenido, de la mercantilización de cualquier producción humana.

El acceso masivo a los bienes culturales es un proceso de conquista que debemos defender, lo mismo que la revalorización de las experiencias culturales invisibilizadas por la hegemonía de las "bellas artes" como estereotipo.

R. Lanz