miércoles, 4 de abril de 2012

LA EXCEPCIÓN ARREGLADA


EL NACIONAL - Miércoles 04 de Abril de 2012 Opinión/8
Sobre el estado de excepción
HEINZ R. SONNTAG

La situación de la República, o de lo que de ella aún subsiste en términos de su Constitución, sus instituciones y sus leyes, es grave. En ello coincide la mayoría de los analistas, esto es: aquellos que todavía mantienen su compromiso con el artículo 2 de la Constitución de 1999 que reza: "Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político". Desde que Hugo Chávez denominó, al inicio de su mandato, la carta magna "la bicha" hasta febrero de 2011 estudios de destacados juristas han detectado 134 violaciones de la Constitución por parte del Presidente, la Asamblea Nacional y el Gobierno. Una de las más prominentes fue la del artículo 350 que reza: "El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".

Entre estas violaciones destacan los cambios en las instituciones. Al comienzo fue la eliminación de la independencia de los poderes Legislativo y Judicial y su sumisión al Ejecutivo, el cual, a su vez, fue reconstruido de modo tal que el Presidente era el único que mandaba y que manda. En ello fue importante la prolongación del mandato presidencial a seis años y la reelección inmediata y sin límites.

Después del rechazo de la reforma constitucional el 2-D de 2007 por la mayoría del pueblo, Chávez realizó los cambios negados mediante leyes o decretos con rango y fuerza de ley cada vez que la Asamblea Nacional le otorgaba la habilitación. Así fue constituyéndose una República socialista a imagen y semejanza del régimen castrista en Cuba. La sumisión del Poder Judicial llegó al extremo cuando distinguidas representantes de éste negaron la validez de la independencia de los tres poderes del Estado.

Paralelamente a este desmontaje de la institucionalidad democrática, Chávez recurrió a la militarización del Gobierno y de la sociedad.

En la vida política cotidiana, Chávez y sus allegados promovieron la división de la ciudadanía. Se creó lo que algunos han llamado un "apartheid político": la virtual exclusión de la actividad política de todos los que no compartían ni comparten el ideario de lo que se ha dado en llamar "el chavismo", una mezcla de elementos del marxismo-leninismo en su versión más ortodoxa, del ideario de Simón Bolívar y de otros ismos. Este apartheid político fue y es sistemáticamente avanzado por Chávez, más desde el descubrimiento de su enfermedad en junio de 2011 ­en sus numerosas intervenciones suele insultar a los que no coinciden con sus opiniones­. En este año electoral, con una alternativa democrática robustecida, la división es promovida prácticamente cada día por el presidente comandante o por sus acólitos. Agréguese a esto la represión abierta, la restricción de la libertad de expresión, el establecimiento de una hegemonía comunicacional, etc.

Desde el punto de vista democrático vivimos una situación de excepción. La oposición opta por una vía democrática para derrotar a Chávez en las elecciones de este año. Adicionalmente a esta estrategia, pienso que debería organizarse una resistencia más activa y más al día. Me imagino, por ejemplo, la constitución de un grupo de expertos que elabora desde ya un manifiesto por la superación del estado de excepción que sería como el compás para no perder la vía. En él deberían establecerse también los cánones para las elecciones.

Ilustración: Peter Sellar

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