martes, 1 de febrero de 2011

¿centella pendiente?


¿Otro “constituyentazo”?
Luis Barragán

enero 30th, 2011

Encubierta, tiende a reaparecer la intención de convocar a otra asamblea nacional constituyente dizque para solventar definitivamente los traumas y problemas que padece el país. Un terco juego suma-cero nos caracteriza y explica, obedeciendo en el fondo a una exitosa perspectiva maniquea que olvida la sociedad compleja y plural que somos.
Oficialistas y opositores impacientes, anidan la espera y esperanza por un magno e incontenible evento que ahorre esfuerzos y desarrollos políticos supuestamente innecesarios. Antes o después de los comicios presidenciales, por una brutal y desesperada medición de fuerzas, ha de venir el “constituyentazo” para acabar de una buena vez con tan duradera zozobra.

Estimamos, se impone una revisión de la vigente Constitución de la República fundamentalmente por esa coexistencia de concepciones y estructuras democráticas y autoritarias que el constituyente no sólo aceptó en 1999, sino celebró en trance – nada más y nada menos – que de refundador de la nación, república o país. Sin embargo, he acá el tronco del problema, la lucha reside en recuperar la plena vigencia de la Constitución y de los derechos y garantías que comporta, en lugar de distraernos con el reemplazo inmediato de la copa, de los ramales y de las propias y detalladas hojas que puedan aconsejar el cambio inaudito del viento para que no nos estremezca.

Partir de los aspectos democráticos de la Constitución, puede contribuir decisivamente a resolver la crisis política, viviendo e innovando la constitucionalidad. Por supuesto, no es fácil con la correlación actual de los llamados a interpretar el texto (magistrados del TSJ), o la imposibilidad de acudir a la fuerza pública para hacerla respetar gracias a los abusos del Comandante-en-Jefe, pero más difícil y – cuidado si sangriento, dado los antecedentes de Tiburón I – es volver a ensayar un “todo o nada”, como un centellazo fulminante.

No descartamos la reedición del poder constituyente originario en otras y pacíficas circunstancias, aunque no luce recomendable como enfermedad crónica, ni siquiera para solucionar el problema de la inflación, como se hizo irresponsablemente ver en 1999, por ejemplo. Optamos por el principio de supremacía de la Constitución, la nueva constitucionalidad y – ¡por favor! – sencillamente hacer política.

Fuente: http://www.medios24.com/otro-%e2%80%9cconstituyentazo%e2%80%9d.html

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