martes, 30 de abril de 2013

MENSAJE

Mesa de la Unidad Democrática
Grupo Parlamentario de la Unidad

La grave situación a la que está siendo sometida la Asamblea Nacional

La Junta de Coordinación Parlamentaria de los Diputados de la Unidad Democrática remite este texto como orientación para fijar posición en las Comisiones Permanentes a las que seamos convocados.
    1.- Se está promoviendo la violencia dentro del parlamento contra los Diputados de la Unidad Democrática
    En la pasada sesión del 16 de abril de 2013 se perpetraron actos de violencia contra Diputados de la Unidad Democrática, que fueron tolerados por el Presidente de la Asamblea Nacional y promovidos o realizados por Diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Ello a pesar de que una de las atribuciones del Presidente de la Asamblea Nacional es “Garantizar la seguridad personal de los diputados y diputadas mientras se encuentren en el salón de sesiones y en las instalaciones del Poder Legislativo” (art. 26, numeral 21, del Reglamento Interior y de Debates - RID).
Después de iniciarse la sesión ordinaria del 16 de abril, el Diputado Willian Dávila fue amenazado por uno de los parlamentarios del PSUV, lo cual no tuvo entonces mayores consecuencias porque entre ellos se interpuso el Diputado Carlos Eduardo Berrizbeitia, con el propósito de evitar que el primero fuera atacado. Luego el Diputado Dávila fue golpeado brutalmente con un micrófono lanzado desde algún punto del sector del hemiciclo ocupado por la bancada del PSUV, por lo que tuvo que ser conducido a un centro hospitalario en virtud de la herida causada, habiéndosele negado el servicio de ambulancia para efectuar dicho traslado. El Diputado Julio Borges también fue agredido. Durante el desarrollo de la sesión los Diputados de esa fracción política mantuvieron una actitud desafiante hacia los Diputados de la Unidad Democrática, como se puso de manifiesto cuando el Diputado Berrizbeitia hacía uso de la palabra, momento en el cual varios parlamentarios se abalanzaron sobre él en actitud pendenciera. Todo esto ocurrió en presencia del Presidente de la Asamblea Nacional y del personal encargado de colaborar en el mantenimiento de la seguridad en el hemiciclo.
     Esta situación afecta seriamente la institucionalidad parlamentaria, ya que todo Diputado tiene derecho a “Recibir protección a su integridad física” (art. 17, numeral 9, RID), y la ausencia de un clima de respeto a la persona e integridad de los Diputados de una determinada tendencia política dificulta el funcionamiento de la Asamblea Nacional como espacio natural del pluralismo. Posteriormente, algunos Diputados del PSUV han declarado que estos hechos se justifican y todo indica que, con la anuencia o tolerancia del Presidente del cuerpo, se están creando condiciones para la generalización de la violencia en el parlamento. Exigimos que se adopten medidas dirigidas a evitar que estos hechos se repitan.
    2.- Se está desconociendo a los Diputados de la Unidad Democrática como representantes del pueblo
    En la mencionada sesión del 16 de abril, después de haber tenido lugar los hechos de violencia relatados, el Presidente de la Asamblea Nacional tomó una decisión contraria a la normativa que rige los debates en nuestra Asamblea Nacional y a los principios más elementales de un parlamento democrático. El Presidente de la Asamblea Nacional comenzó a preguntar a cada Diputado de la Unidad Democrática que quería hacer uso de la palabra, antes de permitirle intervenir, si reconocía a Nicolás Maduro como legítimo Presidente de la República. Como los Diputados de nuestra bancada no daban señal explícita de asentimiento, se les negó a todos sucesivamente la posibilidad de hacer uso de la palabra en el hemiciclo.
Esta insólita decisión que impuso el Presidente de la Asamblea Nacional en la sesión del 16 de abril de 2013 es abiertamente contraria al Reglamento Interior y de Debates, ya que este no permite al Presidente de la Asamblea Nacional privar a un Diputado de su derecho de palabra. Solo lo faculta para suspender la intervención de un Diputado cuando este “de manera ostensible y reiterada se salga del tema o materia en discusión”, luego de un llamado de atención que haya sido inobservado (art. 71 RID).
    A esta razón relativa a la ausencia de competencia y base normativa para la decisión adoptada se suma otra más sustancial, relativa a la ilicitud del condicionamiento que se quiere imponer al ejercicio del derecho de palabra por los Diputados. Nótese que el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su encabezamiento, dispone que el derecho de participación política, en sus diversas manifestaciones, no puede ser sometido a “restricciones indebidas”, y el derecho de participación política, que en las circunstancias expuestas se contrae a la posibilidad de hacer uso de la palabra como Diputados en la plenaria de la Asamblea Nacional, en representación de nuestros electores, no puede quedar supeditado a la superación de una prueba, filtro o control político efectuado por el Presidente de la Asamblea Nacional.   
    La arbitraria decisión que se adoptó vulnera el derecho a la participación política de nuestros electores y nuestro derecho al ejercicio de las funciones para las que fuimos elegidos, con libertad de conciencia y de opinión (arts. 62, 199 y 201de la Constitución). Es además gravemente lesiva del pluralismo político (art. 3 de la Constitución). De ahí que exijamos la inmediata cesación de esta medida.
    3.- Se ha destituido indebidamente a los Diputados de la Unidad Democrática de la Directiva de las Comisiones Permanentes
    Otra señal de la intolerancia con la que desde la Presidencia de la Asamblea Nacional se conduce la dinámica del parlamento se encuentra en la decisión de remover de sus cargos a los Diputados de la Unidad Democrática que hasta ahora ocupaban algunas Presidencias o Vicepresidencias en las Comisiones Permanentes. Aunque el Presidente de la Asamblea Nacional está facultado, con arreglo a la írrita reforma del Reglamento Interior y de Debates del 2010 -que en su oportunidad impugnamos ante el TSJ sin haber obtenido respuesta-, para sustituir a la Directiva de las Comisiones Permanentes (art. 27, numeral  11, RID), el Presidente de la Asamblea Nacional lo ha hecho con una finalidad ilícita y ha despojado a la bancada de la Unidad Democrática de los espacios parlamentarios que debería ocupar en virtud del número de escaños que ostenta en la Asamblea Nacional. La tradición consolidada en la materia, democráticamente plausible, consiste en otorgar a las organizaciones políticas una presencia en la Directiva de las Comisiones Permanentes proporcional a los escaños obtenidos. El reparto que se hizo al inicio de este periodo legislativo anual, y en los dos periodos anteriores, fue ya injusto, pues nuestra bancada debía recibir más Presidencias y Vicepresidencias, pero  el sectarismo del oficialismo produjo una escasa representación nuestra en la Directiva de las Comisiones Permanentes, que ahora se ha llevado al extremo de excluir a la bancada de la Unidad Democrática. Ello como retaliación por asumir, en la política nacional, determinadas posiciones.

    Todos estos acontecimientos ponen en serio riesgo el funcionamiento de un parlamento democrático en Venezuela, ya bastante erosionado por las reformas normativas y las prácticas que la mayoría progubernamental impuso desde diciembre de 2010 para reducir los espacios del pluralismo político en el país.

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