Creemos que las fechas no coinciden entre el día mundial y el nacional del libro, pero ración constituyen sendas oportunidades para promoverlo. Está en lo cierto Rayma, en su ilustración de hoy, tratándose de la soledad (como se le entiende, por lo general), como uno de los problemas más tercos que nos aqueja, familiarizado con la literatura de auto-ayuda (la que más se lee). Sin embargo, a nuestro juicio, existe un déficit del debate que, por muy buena fe que la promoción demuestre, nos lleva al árido terreno de la política: ¿el fracaso no es el de la más elemental y decisiva herramienta escolar, como la lectura? ¿Existen otras alternativas? ¿Por qué desconfiamos de las estadísticas oficiales, incluyendo la presunta y festejada liquidación del analfabetismo? ¿Hay una política pública real, convincente, concursada y sostenida sobre el libro? ¿Empleamos las estrategias correctas para la promoción de la lectura? ¿No existe el consumo compulsivo y el fetichismo de una determinada bibliofilia? ¿Por qué las bibliotecas públicas son las mejores muestras de la desidia, la escasez y el hurto? ¿Qué de los libródromos privados y de los panfletódromos del Estado? ¿Y el cierre de las librerías en Caracas y en las principales ciudades del país? ¿Cuáles nociones de imperio iconográfico, sociedad de la información y economía del conocimiento estratégico? Celebramos el esfuerzo que hace Rayma, cuya ilustración tiene por meritoria ventaja la de interpelarnos.
LB
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