martes, 16 de abril de 2013

DIDÁCTICAMENTE, LOS HECHOS

Postrimerías
Luis Barragán

Indagando en torno a los viejos debates parlamentarios, ya que la actual amenaza al allanamiento de la inmunidad a tres opositores lo impone,  encontramos una respuesta precisa y contundente de Gonzalo Barrios a las versiones ofrecidas por Domingo Alberto Rangel, por ejemplo. Palabras más, palabras menos, aquél alegaba el terco esfuerzo de hacer una historia épica, reemplazado el de asumir y concretamente refutar las realidades en curso.

En el supuesto negado que los novísimos resultados electorales sean objetivos y veraces,  el oficialismo se engaña a sí mismo recurriendo a una  comprensión épica de las personas, el mundo y las cosas que tiene en la conspiración, su correlato. Y es que, como si se tratara de una victoria irrebatible, contundente y decisiva que, de paso, ofrendan a la memoria de Chávez Frías, por no mencionar la ridícula y trivial ocurrencia de llamar e interesadamente homenajear a Cilia Flores como la “primera combatiente”, en lugar de la “primera dama”,  la debilidad de una épica que tiene más de escaramuza simbólica que inspirado misticismo.

Pista de una inevitable postrimería, la necropolítica ha puesto en evidencia las flaquezas del liderazgo oficialista que aprovechará las cifras apenas alcanzadas, para dirimir sus diferencias. Múltiples corrientes que antes evitaron trastocarse en definitivas tendencias, en la intimidad de sus angustias e intereses representados, asumirán los riesgos  correspondientes en el caso que Maduro decida una recomposición del gobierno, como – creemos – es un propósito que lo ha aspirado desde que inició su particular interinato, pasando – además – algunas facturas.

Únicamente, el peligro inminente de un colapso, puede llevarlos a la desesperada aglutinación, dejando intacta la herencia de los más altos cuadros burocráticos.  No por casualidad, temen al legítimo y habilidoso desempeño del liderazgo opositor que los desgaste, al cual no pueden acusar impunemente de desestabilizador.

Indicio de otra postrimería, la terrible simplicidad de una oferta socialista tan parecida a la caribeña, por sus resultados constantes y sonantes, para la urgente transición hacia el culto de la personalidad de Maduro, agotado el de Chávez Frías, poco contribuye al mito recreado.  Está en duda la prédica democrática, al lado de las devaluaciones, el desempleo, el desabastecimiento y la criminalidad que, entre otros elementos, tienden a la deslegitimación del gobierno nacional y del imaginario social que pretende preservar.

La desesperada soberbia, la pronta respuesta arrogante y el infaltable gesto prepotente, los lleva a hurgar irresponsablemente en otras áreas en la que, es cierto, quedan determinados prejuicios y resabios que hicieron posible el ascenso al poder de Chávez Frías. Nos llamó la atención que la alusión y denuncia hecha por Jorge Rodríguez en torno a los temidos motorizados, el 7-O, la redujera a la descalificación que los opositores frecuentan al tildarlos de “monos”; y, en la noche del 14-A,  insista en los opositores que despreciaban y atacaban a los oficialistas, en los centros de votación, por “morenos”.

Las nada fortuitas expresiones del alcalde, finalmente, apuntan a un recurso morboso e irresponsable que desea distraernos respecto al que inmediata y urgentemente nos preocupa. Empero, la otra postrimería, no tendrá trascendencia en la medida que, efectiva y convincentemente, demos por superadas las condiciones que hicieron posible un fenómeno del rentismo sociológico, como el chavismo,  y la promoción antes impensable de figuras que, también por escaso pudor, pasaron de la presidencia supuestamente imparcial y equilibrada del CNE, a una alcaldía que los sinceró radicalmente.

Fotografía y nota LB: Instittuto Pedagógico de Caracas (31/03/13).  Casualmente, había planeado tomar algunas fotografías a la fachada del Pedagógico unas semanas antes, rapidamente, a objeto de una futura nota sobre la arquitectura amurallada de la ciudad, pero la postergaba por el riesgo.. De pronto, apareció el rostro estampado de Maduro y tomé tres gráficas. Al día siguiente, estaba rayada toda la fachada más a favor que en contra de Maduro. Y me dije que tomaría esa nueva estampa tan infrecuente inmediatamente después de las elecciones. Sin embargo, pasó una semana, y repintaron la fachada, como si nada hubiese pasado; y, en lugar de respeto, me respondí que era más el nuevo brochazo, por lo que respecta a los años precedentes.

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/1435946.asp

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