Del autismo y la sensatez
Luis Barragán
Naturalmente inconformes con los resultados que pregonan, convengamos que el solo reconocimiento que el oficialismo hace del vigoroso porcentaje que le endosan a la oposición, constituye una poderosa interpelación sobre la legitimidad del poder establecido. Sobre todo, cuando los votos que se atribuyen, no guarda una exacta correspondencia con la inmensidad de los recursos y servicios del Estado empleados con asombrosa impunidad.
Hay acontecimientos históricos que hablan de la necesidad de un realismo responsable, como bien podemos ejemplificarlo con los comicios municipales del 14 de abril de 1931 en España, o – más cercana y traumáticamente – los hechos del 14 de abril de 2002, cuando Chávez Frías ocupó de nuevo a Miraflores, tras una comedia de las equivocaciones que tiene más de embocada deliberadamente tendida que de parto natural de las difíciles circunstancias que sufrimos. Razonable inquietud, ¿por qué rifarnos el destino compartido?
Las amarguras que, a menos de 24 horas de realizadas las elecciones presidenciales, explican a la Venezuela actual, están anunciadas por el gobierno con antelación. Por más que copen los otros órganos del Poder Público, no aceptará el reemplazo con facilidad, y – lo que es peor – responderá con un revanchismo, cuya única vacilación reside en la incomprensión de sus propios partidarios frente a las ya injustificadas retaliaciones que se convierten en un sofocante hábito que algún día – lo saben – les dará alcance.
El mismísimo Nicolás Maduro, suficientemente informado de los resultados que arrojan los continuos estudios de opinión que sólo ellos pueden sufragarse generosamente, sabe que el país demanda diálogo, reconciliación, concordia, convivencia. Sin embargo, esa resistencia enfermiza que los caracteriza, los coloca y nos colocan en los escenarios más temerarios que ha de avergonzarles.
La misma noche del 14 de abril, frente a los medios lógicamente complacientes del llamado sistema de medios públicos, el candidato presidencial del continuismo señaló que su único diálogo sería con los movimientos comunales, religiosos, sexodiversos, etc., a objeto de confrontar al imperio. No se necesita más de un dedo de frente para saber que se refiere a los movimientos que el gobierno ha prefabricado y financiado, atribuyendo sus desatinos al sabotaje de la CIA, por lo que hay una innata y suicida vocación al autismo político de quienes se conciben como los iluminados, luego de catorce larguísimos años.
Y ojalá que esta demanda tan universal, justa e irreductiblemente lógica de un reconteo total y manual de los votos, no encuentre una obstinada y torpe resistencia de los clanes gubernamentales, propensos al enrarecimiento del clima político y social con sus atrevidas agresiones. Un poco más de sensatez es el llamado que hacemos, pues, no deben dejarse tragar por los mitos que ellos mismos crearon.
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/14778-del-autismo-y-la-sensatez
Fotografía: LB, Caracas (02/04/13).
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