sábado, 28 de enero de 2017

CUÑO PETROLERO DE UNA IDENTIDAD DILUIDA

Trump, el identitario
Luis Barragán


Reconozcamos que las remotas bonanzas dinerarias nos concedieron una  inevitable identidad nacional, aunque la rechazáramos o resistiéramos. No todos llegamos a Cúcuta,  Miami o París, por esas épocas, tratando  de enseñorear nuestras veleidades de nuevos ricos, pero el “ta’baratismo” fue un fenómeno que, de un modo u otro, penetró en todos los sectores sociales, colmándolos de expectativas más de las veces frustradas, y generando consecuencias que los psicólogos sociales todavía advierten con demasiada claridad.

A la exportación de petróleo, se sumó el magnífico esfuerzo de la producción telenovelística, pero – sostenemos –  los concursos de belleza redondearon nuestras faenas de la banalidad infinita. Respetamos a aquellos que todavía celebran el rubro exportable de las “mises”, y creemos que al negocio – porque lo ha sido y es -  todavía le falta un decidido aporte de la academia para una valoración más exacta del imaginario social que aportó. Sin embargo, valga una doble paradoja.

De un lado, el siglo XXI supo de las otras bonanzas que prontamente se perdieron, por obra de un  régimen que también fue posible por ese imaginario de la banalidad inaudita que lo catapultó al finalizar el anterior, e, igualmente, endeudándonos hasta lo inverosímil, nos obliga a regresar a la realidad que siguió su curso insobornable a pesar del espeso maquillaje. Nos estamos enterando ahora que es inútil y contraproducente la nostalgia por aquellos tiempos de la riqueza fácil, siéndolo el de un cambio que  conduzca a la libertad, a la prosperidad como fruto de nuestros propio esfuerzos, a  la  imaginación creadora, al desempeño  perseverante, disciplinado, a la urgida equidad, recuperando los mejores valores y principios.

Del otro, huelga comentar las circunstancias e implicaciones del ascenso al poder de Donald Trump, mas no que haya sido o es propietario de una transnacional que supo de nuestro aplaudido reconocimiento, como el “Miss Universe”.  Recurrentemente se cita la concepción y el trato que el hoy presidente estadounidense tiene y da a la mujer, pero solemos olvidar cuán celebrada fue su empresa que ayudó a emblematizar a las venezolanas en el mundo, estereotipándolas, añadido el auge que vivió la cirugía estética todas las escuelas de medicina.

Trump contribuyó al cuño petrolero de nuestra identidad, con resultados que beneficiaron a Chávez Frías al abonar el terreno para sus más sorprendentes simplicidades. Acotemos, el portazo de la trivialidad nos dejó varados en el siglo XX, amenazando a Estados Unidos con un retroceso semejante de socavar la fe y confianza en las instituciones, lo que aparentemente no logran seriales exitosos como “House of Cards”.

Captura de pantalla: Transmisión de ABC News, inauguración presidencial (21/01/2016).


02/02/2017:
http://www.noticiasdevenezuela.org/2017/01/31/trump-el-identitario-escrito-por-luisbarraganj/

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