viernes, 13 de enero de 2017

TRES NOTAS

Abandono del cargo
Nicomedes Febres

Desde que el mundo es mundo el deber de un gobernante es producir paz, seguridad y bienestar a los gobernados porque el Estado es una ficción creada para resolver y mejorar la relación y la cotidianidad de los ciudadanos, a partir de allí el Estado pierde sentido como construcción de una idea. Esa ficción debe colaborar para que la educación pública sea mejor, los hospitales y clínicas funcionen adecuadamente protegiendo a los usuarios, crear una justicia y una policía para que vele por la seguridad de los habitantes. Para eso existe el gobierno que administra el Estado. A partir de esta norma de obligatorio cumplimiento, es obvio que el difunto y su hijo actual jamás asumieron el cargo, ni siquiera estuvieron pendientes de ello. Para cumplir con esa norma en la antigüedad los reyes se casaban con quienes la conveniencia política les obligaba a casarse, así la pareja señalada sufriera de halitosis, fuera hedionda, fea, antipática, tuviese alguna aversión sexual o nunca la hubiese conocido. Lo mismo se hizo con los hijos y todo para asegurar su reinado en base al bienestar de sus súbditos. De allí que un hombre como Eduardo duque de Windsor, un ídolo de las revistas del corazón del siglo XX, sea un hombre tan repudiado entre la gente seria y de pensamiento, en especial cuando sus súbditos estaban muriendo como moscas por su patria en las playas de Dunquerque. Ahora bien, a partir del reconocimiento del abandono del cargo por el señor maduro por parte de la Asamblea Nacional se abre el juego para su desconocimiento como mandatario y eso puede llegar hasta donde los ciudadanos podamos y seamos fuertes ante la represión militar, que es, junto a la delincuencia, el único apoyo real del señor maduro. La ley es la fuerza de la civilidad y la fuerza es la razón militar. En ese momento se consagra la rebelión y que cada militar escoja y decida si acata a la Constitución actual donde la soberanía reside en el pueblo, o cree que es propiedad del señor maduro y su combo. Ese es el dilema que plantea con coraje Julio Borges y no otro. De allí este disparatado e inflacionario aumento de salario de maduro para tratar de ganar simpatías entre la población como respuesta. En Política todo tiene que ver con todo y que cada quien opte si se alinea con la idea que la soberanía reside en el pueblo que somos todos, con la democracia y la libertad, con la libre iniciativa y la justicia social, con los valores cristianos y occidentales. Del otro lado que se alineen los malandros, el narcotráfico, el cogollo chavista, los comunistas de toda pezuña y los militares felones que lo deseen con los simpatizantes de ISIS porque al final esta terminará siendo una guerra de civilizaciones; pero que no venga padrino a decir la imbecilidad que la soberanía no reside en el pueblo sino en el tribunal supremo. Este es el dilema y no otro, de modo que dentro de la oposición no hay espacio ni para la crítica, ni siquiera para las objeciones. Fue por eso que Bolívar, así no estuviese feliz y fuera devoto hijo de la hispanidad, lanzó el Decreto de Guerra a Muerte. Julio Borges solo está clamando, además de una manera sibilina, por una norma que lanzó un político español días antes de la Guerra Civil Española que costó un millón de muertos: O nos contamos ya, o nos matamos entre nosotros. En el fondo este es un conflicto entre los ciudadanos civiles venezolanos y los militares de aquí al servicio de Cuba, y de allí ese incremento injustificable de un gasto militar, que se irá en corruptelas y sobornos. Me irrita hablar tan claro porque se pierden los matices.
Antier viendo el programa de Andrés Oppenheimer por CNN entrevistaron a varios analistas gringos sobre los pronósticos para América Latina, una de ellas decía que el precio del petróleo estaría entre los 55 y 60 US$ y de allí dependería la suerte o no de Venezuela, mientras otro, más concentrado en lo económico, pronosticó que el país caería en default y PDVSA sería desmembrada y liquidada. Lo hizo con esa detestable y pragmática virtud gringa de pensar solo con la cabeza y empezando por el dinero

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10211010966290859

La antipatía política
Nicomedes Febres

* Detesto a los políticos simpáticos al punto casi de creer que la antipatía personal de un político es una virtud y un aval de su competencia. Un político puede ser carismático siendo antipático y también siendo simpático, por lo que simpatía y carisma son cosas distintas. Pero simpatía y antipatía no es el único dilema para caracterizar a un político. Por ejemplo el Mocho Hernández, un hombre de origen humilde y el fenómeno carismático más importante de la segunda mitad del siglo XIX en Venezuela fue un hombre la mar de simpático pero no llegó a ningún lado por ser inflexible y no tener muñeca política, de allí que el general Crespo se lo tiró en caldo de ñame una y otra vez, siendo ambos hombres valientes hasta la temeridad. Cipriano Castro era simpaticazo, borracho, y mujeriego. Se presentaba de noche en el cabaret El Malabar de Puente Hierro junto con su pana el embajador de Chile Panchito Herbozo y con las chicas del mabil organizaban grandes bacanales. El cabito fue un pésimo presidente. El Benemérito era un hombre tan retraído, parco y distante que no se puede clasificar de una u otra manera. Nunca dio un discurso. Al único hombre al que le permitía confianzas en público era a Antonio Pimentel, quien había arriesgado su fortuna en apoyo a Gómez en los tiempos duros cuando el Cabito lo estaba velando por si mostraba que quería quedarse con el coroto. El general López Contreras impresionaba como un hombre distante y fue quizás el mejor presidente de Venezuela en el siglo XX comenzando con una transición tan dura como la actual. Medina, Leoni, Herrera Campins, Lusinchi y Velásquez eran, con sus matices, hombres de una gran bonhomía personal innegable y cada quien que juzgue a su juicio porque todos podemos tener opiniones diversas. Betancourt fue un hombre simpático durante el período de 1945 a 1948, luego desde 1960 fue un gobernante especialmente antipático y atorrante y entonces fue el otro gran presidente. El doctor Caldera fue muy antipático en su primer gobierno y fue entonces un buen presidente, en su segundo mandato, bien por su avanzada edad o por la pérdida de sus facultades trató de ser un tipo simpático con lo del chiripero y que cada quién juzgue aparte ese segundo mandato. CAP mientras fue ministro del interior de Betancourt fue el hombre más antipático del país y ayudó a salvar la democracia, luego como presidente se volvió tan simpático que sentó las bases del desastre nacional. En su segundo gobierno trató de enmendar la plana de su primer gobierno y como le faltó antipatía se dejó tumbar. De los dos últimos que hemos padecido, uno debe superar la repulsión y el asco que producen, pero debe valorarlos en la dicotomía de la simpatía. Ambos han tratado de ser simpáticos para el gran público, con sus habladeras de pendejadas, su baile de salsa o cantandito, pero es que de verdad son tan repugnantes y vulgares que se me congela la mano antes de escribir que se puedan catalogar dentro de la raza humana. Henry Ramos es un hombre que trasmite antipatía y de allí su buen desempeño dentro de su partido. Todo este largo preámbulo lo digo porque es casi unánime la antipatía que despierta Julio Borges para el gobierno y mucha gente de la oposición. Ni es mi amigo ni le debo plata, ni siquiera nos hemos tratado, pero debo decir que haber construido un partido como Primero Justicia, sembrado y organizado por todo el país en estas condiciones tan adversas es un acto de un coraje épico, con sus militantes tan martirizados y disciplinados. Al político a quien le veo mayor parecido es con el presidente Betancourt. Por lo pronto, debo decir además que es el político más coherente y talentoso y las veces que no se le ha seguido, los demás nos hemos equivocado, como cuando se opuso a la abstención en la elección de la asamblea nacional de antes, de donde salió todo este desastre. Como verán, he meditado sobre esta forma tan inusual de analizar a los políticos y los que no nombro es porque no quiero o no me conviene, así de simple de lo antipático que soy. Se abre la discusión pero no se insulten entre sí.

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10211002480398717

Halcones
Nicomedes Febres

* Ayer oyendo la interpelación en el congreso norteamericano de los futuros nuevos ministros en la próxima administración Trump, confieso que a mí, las que les conté, se me pusieron de corbata y eso que soy inocente; pero entendí perfectamente lo que algunos de esos hombres decían en relación a los problemas de América Latina. Por un lado, plantearon una confrontación feroz contra el narcotráfico, contra las mafias de Centroamérica y sus aliados y contra el terrorismo internacional y sus aliados en la zona. Me llamó la atención el nombramiento de los generales James “perro loco” Mathis como Ministro de la Defensa, proveniente del cuerpo de Marina, un hombre nombrado Jefe de las Fuerzas Armadas Conjuntas de Estados Unidos y comandante general de las fuerzas militares de la OTAN antes de su retiro y que ha participado en todas las batallas contra el terrorismo y dirigió la lucha militar contra los talibanes en Afganistán; luego el nombramiento del general John Kelly en el Departamento de Seguridad Nacional, una suerte de Ministro del Interior, y quien combatió como jefe militar en Iraq y fue luego el jefe de la Sexta Flota norteamericana dedicada a patrullar el Caribe y América del Sur, partidario de mantener la base naval de Guantánamo, la cual dirigió y cuyo hijo murió sirviendo a su país en Afganistán, y no tratando de vender perico en el norte como estrategia de lucha antiimperialista. O sea, individuos que conocen en profundidad nuestra situación política y social y saben dónde están los callos que hay que pisar. Ambos hombres de unos setenta años, marciales, apolíneos, egresados de West Point con honores y ambos me recordaron a mi querido General George S. Patton. También ellos hablaron de la eliminación de la pobreza y de la necesidad de mejorar las condiciones de vida de nuestras sociedades. Me parece que ambos generales, unos verdaderos halcones políticos, no son hombres que se van a dejar tocar las nalgas por el señor putin. El otro interpelado fue Rex Tillerson el futuro Secretario de Estado, o sea el canciller de Estados Unidos, el expresidente de Exxon Mobil y quien fue bombardeado por los senadores de la comisión de política exterior hispanos, el demócrata de New Jersey Bob Meléndez y el republicano Marco Rubio de Florida. Según Radio Bemba, ese ex presidente de Exxon Mobil quedó en muy malos términos con el gobierno de Venezuela, pero como es empresario, que no me gustan en Política porque con frecuencia contabilizan más que piensan, puede pasar con él cualquier vaina. Pero sabe lo que aquí sucede.
Por otra parte, se ve que el emérito general en jefe de todas nuestras fuerzas armadas nacionales y forjadora de libertadores, Vladimir padrino vio también el mismo programa que yo y presentó un plan de batalla de “guerra popular prolongada” contra el imperialismo en consejo de ministros. Convencido de la victoria y del apoyo popular a este esfuerzo bélico que le parece una pendejadita, donde, y cito: “el Estado echará a mano todo el potencial nacional para ponerlo al servicio de la lucha armada” y con la auspiciosa aprobación del eficiente señor maduro advierte que desde ya “las maniobras militares se hacen para enfrentar la naturaleza de la agresión que estamos sufriendo y estamos viviendo, pero también con la visión que tiene el imperio de acabar con Venezuela". No sé de dónde saca el emérito general del gobierno que vamos a ser invadidos por los gringos, o que los venezolanos de a pie estamos contentos que jode con el gobierno, o vamos a servir de carne de cañón y salir en defensa del narcotráfico en esta época de guerra económica y tecnológica con aviones invisibles y de drones como arroz. Más bien, porque no le baja dos al volumen de maduro y su combo y llama a elecciones generales y evitamos una loquera. Dígame si los gringos vienen armados de productos de aseo, medicinas y comida variada y la gente masivamente sale a recibirlos al grito de guerra de “aquí es, aquí es” o de buhoneros ofreciéndoles papita, maní y tostón.

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10211025174006043

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