La marcha del 23 de Enero
Nicomedes Febres
* Confieso que no pude estar tan al tanto de los eventos de la juramentación de Trump como deseaba, pero tengo suficientes indicios de lo sucedido. Su discurso fue breve, de 15 minutos, reiterativo y poco conciliador. Además, que más se puede esperar de un hombre que no le gusta leer como lo ha confesado antes. No dijo nada nuevo ni llamó a la unión de todos los norteamericanos. El volumen de público partidario suyo fue mucho menor a la que asistió cuando Obama y trató de sustituir y distraer a la gente con las marchas militares y las bandas marciales. Mientras tanto, las protestas eran intensas en Washington y New York, y fueron reprimidas por la policía. Desde luego, da la sensación de que más organizadas estaban las protestas que los partidarios del nuevo gobierno. Mientras desfilaban las bandas militares veía la cara de satisfacción de Trump, un hombre que trasmite más la vanidad del vencedor que el rostro reflexivo de un hombre que se enfrenta a grandes retos en el futuro cercano. Pero por lo dicho y por lo mostrado ayer, nadie puede sacar conclusiones definitivas porque el discurso fue muy primitivo. Esperemos a ver lo que viene, en especial lo relativo a nosotros, que si bien no somos el centro del mundo, el régimen si es parte del centro de sus problemas. Ojalá le dé prioridad a Venezuela para comenzar a enfrentar a ISIS porque es su batalla más fácil y cercana, además necesita un rápido éxito en política exterior, en especial en relación a México porque no es lo mismo la nación azteca en manos del PRI o del PAN que en manos de López Obrador quien encabeza las encuestas y cuyas campañas anteriores fueron financiadas por el régimen venezolano.
* Hay que asistir a la marcha del 23 de enero porque uno no sabe cómo la marcha puede influir en decisiones políticas de aliento en el futuro y a varios niveles, desde lo que piensen los gringos hasta los militares de aquí. Una marcha exitosa reactivará nuestras protestas, calentará la calle y presionará para la libertad de los presos políticos. Además, el alza de los precios ha sido brutal en este 2017, mientras las carencias se mantienen, en especial en el renglón de medicamentos. De 25 medicinas que solicité en estos días para mí y mis afectos que las necesitan, no conseguí ninguna. Eso habla del nivel de la crisis de desabastecimiento en medicinas. Reitero mi fidelidad con la MUD, independientemente de lo que presuma yo ahora sobre Manuel Rosales o Henri Falcón a quienes no ataque en el pasado, ni lo hago por ahora, porque la política es demasiado dinámica y puedo terminar escupiendo para arriba. Este diálogo no es más que un peine montado por el gobierno con la ayuda de los vagabundos de Zapatero y de Samper, que tratan de desmovilizar a la oposición; pero atacar a la MUD ahora es colaborar con desmovilizarse y con el atornillamiento del régimen. Pese a que creo que esto es un peine burdo del gobierno y de sus operadores políticos antes mencionados, el negarse al diálogo es una estupidez, de allí que si se quieren sentar a dialogar que comiencen a ofrecer y hay que decir que sí informalmente, sin embargo primero deben cumplir los acuerdos previamente aceptados, pero decir que no se dialoga es una imbecilidad del tamaño de una catedral porque de ello se agarrará el gobierno para aplicar más represión y decir que el diálogo lo abortó la oposición. De allí que la marcha del 23 de enero resulta estratégica. La Política se construye con lo que se tiene a mano, no con lo que se quiere y lo único serio y organizado es la MUD. Al final todas las estupideces que suelta maduro por la jeta son contrarias a la estabilización del gobierno de padrino. Por eso la política no es simple ni se juega en un solo tablero.
Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10211107653107969
No hay comentarios:
Publicar un comentario