Del abandono del cargo y la institucionalidad opositora
Luis Barragán
Expresión de la crisis en otros ámbitos, el gobierno acelera la descomposición política no sólo por la tozudez de preservar sus privilegios a cualquier precio, negando las consecuencias de sus infaustas decisiones, sino por los cambios burocráticos que refuerzan a uno de los sectores que cohabitan en el PSUV. Genéricamente identificado por una remota militancia en la Liga Socialista, copando los principales ministerios, aquél emplea ventajosamente la llave de la corporación castrense, desencajando al sector típicamente militarista por su origen y compromisos de más de una década y media.
Convengamos, la llamada mesa de diálogo también era ocasión para acordar la representación del principal partido de gobierno y de los otros partidos irremediablemente subsidiarios, resolviendo no pocas contradicciones, intereses y apetencias, pero – en dura y silenciosa lucha – se impuso Maduro Moros con la afilada táctica de sus antojos, aunque tributaria de una estrategia que, por ahora, los une bajo la sombra cada vez más angosta del presupuesto público. No existe experiencia totalitaria alguna en la que, vencidos los enemigos, sus fundadores no concluyan devorándose entre sí para garantizar sendos ciclos de estabilidad o aparente estabilidad, en la trama viciosa de sus confidencialidades.
Aportando obviamente lo propio, la oposición organizada refleja la naturaleza y relaciones políticas que se dan al interior del gobierno, con la enorme desventaja de no serlo. Distinto a los compromisos que dieron origen a la democracia representativa en Venezuela, la unidad democrática se ha entendido, finalmente, como una mera alianza electoral sujeta al calendario caprichoso del régimen, sobreimponiéndose un sector en detrimento de otros, en un cálculo enfermizo por obtener y administrar una cuota de poder que lo es, así fuere de reducido espacio, distanciándose de las condiciones necesarias para adelantar una transición y de las muy indispensables para conformar una alternativa de gobierno que ha de ser irremediablemente compartida por todos, como su mejor póliza de viabilidad. Por consiguiente, de declararse y hasta materializarse la destitución de Maduro Moros por abandono del cargo, no debe la oposición afrontar tan inmenso desafío con el instrumental inservible del que dispone.
La dirección de la MUD se ha reducido a cuatro partidos que, por el capital de sus curules, se confunde con la dirección parlamentaria, pues, así sea cierta la correlación de fuerzas, fruto de una iniciativa unitaria, no lo es menos que hay entidades con tres, dos o un diputado, principal o suplente, y sectores sociales que, no teniéndolos, requieren de una fiel representación de sus pareceres y demandas. Además de distinguir entre la instancia política y estratégica de conducción, cuya amplitud no ha de afectar su eficacia, y sus herramientas, porque la bancada de diputados lo es con todas sus particularidades, es pertinente insistir en una mínima institucionalización de sus compromisos y procedimientos que adelante un poco, avizore o predisponga a un gobierno de real unidad de las fuerzas de comprobadas convicciones democráticas.
Vivida y compartida una amarga experiencia de indebida prolongación, aprendidas las lecciones de la Coordinadora Democrática y de la MUD, una distinta plataforma unitaria debe afianzarse en una radical institucionalización de las relaciones entre los factores políticos y sociales que ampliamente la conformen, la franqueza de un debate permanente y la confianza en una dirección que nunca ha de ser una prerrogativa personal o partidista, sino una responsabilidad inmensa de visos históricos. Hacer lo contrario, resulta en un encallejonamiento recurrente, malentendidos frecuentes y, lo que es peor, en la coincidencia – voluntaria o no – con uno de los sectores del poder capaces de dispensar favores en la lucha todavía incruenta por un pedazo de Miraflores.
09/01/2017:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/28648-luis-barragan
No hay comentarios:
Publicar un comentario