miércoles, 11 de mayo de 2016

ACENTOS


Brocha gorda para Reverón y Rengifo

Luis Barragán

Recientemente, los restos de César Rengifo y Armando Reverón fueron trasladados al Panteón Nacional en cumplimiento de ya dos viejos acuerdos de la Asamblea Nacional. Y, con sobradas razones, Nicomedes Febres, no sin aplaudir tamaños ejemplos de nuestra vida cultural, rechazó la burda manipulación que ha hecho el oficialismo del trámite que cumple tardíamente, porque – simple - el oportunismo no tiene límites. Faltando poco, acota que Rengifo fue “un consentido del mercado y un valor sólido en manos de Pepino Acquavella”, circunstancia nada baladí que enmudece a los calamitosos marxistas de ocasión.

Toda una premonición, pues, la materia se convertiría en una de las que principalmente marcaría nuestro trabajo parlamentario, la primera vez que intervinimos en una sesión plenaria de la Asamblea Nacional, fue con motivo del reconocimiento a Rengifo (http://lbarragan.blogspot.com/2012/08/simon-diaz-en-el-parlamento.html), permitiéndonos añadir el de Simón Díaz e, incluso, al mencionar a José Barbeito, sugiriendo una situación semejante a la que se ha vivido bajo la dictadura cubana, luego del excesivo sectarismo y de la manipulación histórica de la que hizo gala el oficialismo. Años más tarde, al reincidir sobre el tema, aprovechamos de denunciar la barbarie en la que está sumergido el Cementerio General del Sur, donde estuvo enterrado (http://lbarragan.blogspot.com/2015/04/salvo-dos-consideranda.html).

Algo semejante ocurrió con Armando Reverón, objeto de otro proyecto oficialista de Acuerdo que motivó toda nuestra indignación, porque la sandez – por entonces -  sobrepasó los límites (https://www.youtube.com/watch?v=h9OkPWuPDT8). En nada sorprende que el gobierno tome la mudanza al Panteón Nacional, la de Reverón como la de Rengifo, entendiéndolos como su asunto, exclusivo y excluyente, o que el órgano oficial de la corriente predominante en el PSUV (Ciudad Caracas, 10/05(2016),  despache un reportaje alusivo un poco más discreto, porque – es convicción compartida – responde a la actual y difícil coyuntura que los coloca contra la pared, recomendando exaltar determinados valores a la vez que, so pretexto de la captura de los grandes delincuentes, sus helicópteros aterrorizan con el vuelo rasante a las comunidades vecinas en una operación que se ha de presumir como eficazmente quirúrgica.

Por más que se reclame el oficialismo como enaltecedor de la cultura, por supuesto, en un ejercicio marginal ante la absoluta prioridad de preservarse en el poder, se le ven las costuras del magro utilitarismo de oportunidad. Disponiendo de recursos inauditables, con una burocracia insigne en el dispendio clientelar, cuenta con un soporte dizque jurídico, labrado en la más torpe demagogia, como la de aquella normativa destinada a la protección social de los cultores y artistas que les permitió montar todo un espectáculo en el pasado período legislativo, en el hemiciclo de trabajo, hábilmente exhibiendo a conocidas y afines figuras de televisión, pero que,  a la postre, demasiado elocuente, de nada sirvió,  porque – sencillo – se robaron los reales.

En medio de tantos apremios, los impuestos por las consabidas circunstancias, Febres puso el acento donde debía. No podemos pasar por alto el divertimento gubernamental que apela, con una desfachatez de brocha gorda, a cualquier subterfugio para evadir sus propios dramas.
Ilustración: Ilustración: V. de Los Ríos: Armando Reverón. Elite, Caracas, 23/07/1949.

Referencias:
Nicomedes Febres Luces: “Reverón y Rengifo”, en:
11/05/2016
Breve nota LB: El tema es secundario, frente a las consabidas circunstancias actuales, intentando detener el gobierno toda consulta popular para una crisis que lo rebasa, pero también ilustrativo de sus rasgos fundamentales. Hallamos algunos enfoques particulares del traslado de los restos, como en http://www.newsjs.com/ve/llevan-restos-de-rever%C3%B3n-y-rengifo-al-pante%C3%B3n/dMFJWEGX7APYDzMo72EMW1GhOTOrM/.
Nada extraña que salga a relucir - faltándole argumentos - Chávez Frías y el imperialismo, en el discurso de Nicolás Maduro, por ejemplo:


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