Reverón y Rengifo
Nicomedes Febres
* La primera premisa es reconocer que
con crisis o sin crisis el arte sucede al margen de la realidad y sería
bueno que la gente lo aceptara como un axioma. Cuando el mundo de la
Cultura ha visto caer sus estructuras institucionales físicas y morales y
nada las sustituye, algunas personas, en especial la gente de mayor
edad o trayectoria debemos, aún al precio de correr mayores riesgos,
asumir posiciones institucionales en pro del bien común y de los valores
permanentes y trascendentes del Arte y la Cultura. Esos roles imponen
conductas que están al margen de simpatías o antipatías y a veces hay
deberes donde la militancia del tipo que sea es una opción sectaria y
esa actitud institucional obliga a asumir la prudencia como virtud, aun a
costa de no ser comprendidos. Con frecuencia me siento en deuda con el
mundo cultural venezolano, especialmente artístico por esa prudencia
que me es necesaria y obligatoria. Hoy Venezuela tiene uno de los
movimientos plásticos más interesantes del continente, especialmente
entre los jóvenes artistas y jamás una generación de creadores ha sido
tan golpeada como la que se desarrolla en la actualidad en nuestro país.
Trabajan con las uñas, pero si tuviesen recursos personales tampoco
podrían porque no hay en el mercado materiales para permitirles
experimentar, por lo que la crisis los ahoga y pese a ello salen
adelante. Los museos quiérase o no son hoy cascarones vacíos por una
decisión política del Poder que trasciende a sus propios empleados, pero
ese Poder está interesado en la implantación de la anticultura, en la
falsificación de la historia, en la persecución del mercado de arte, en
el establecimiento de la nada, pues no hay buen arte que no sea crítico o
que no quiera cambiar siempre la realidad. Por primera vez en nuestra
historia republicana el Poder constituido está decidido a destruir el
arte y la cultura como estrategia. Desde el falaz y torpe intento de
imponer estudios reñidos con la realidad del mundo actual, o exaltar
nulidades engreídas mediante cargos, premios y canonjías, y
atrincherarse en instituciones que ya lucen muertas. Cuando esa costra
de la inercia y de la medianía desaparezca veremos la calidad de
nuestros jóvenes artistas deslumbrar y el cielo será el límite. Por otro
lado Venezuela es parte del mundo y lo que sucede en Venezuela es parte
de lo que sucede en el mundo y lo que sucede debe ser graficado,
expuesto, interpretado y discutido, pero es a eso a lo que le teme el
Poder y sus sicarios y por ello callan y eluden la verdad. Y todo esto
metido en una aldea global muy cambiante, con un mundo del Arte donde
los ríos sumergidos son tormentosos y turbulentos y solo ocasionalmente
están apegados a la búsqueda de la verdad en el Arte donde dominan con
frecuencia intereses bastardos. Pero esa es otra discusión necesaria que
debe ser postergada para poder salir de esta cárcel del alma colectiva
que es la urgencia nacional.
* Voy a explicar lo que presumo
sucedió con la introducción de los restos de Armando Reverón y César
Rengifo en el panteón nacional. El régimen en su inopia cultural luego
de 17 años en el poder está tratando de fabricar próceres con la
intención de tener una narrativa propia y dioses particulares y uno de
ellos es César Rengifo, el notable maestro del realismo socialista
venezolano y cuyos descendientes son los únicos que presumo están
apoyando al chavismo, pues los descendientes de los otros maestros del
realismo socialista están en contra de lo que estamos viviendo. En lo
personal no creo que Rengifo, a quien conocí y con quien conversé
algunas veces hubiese apoyado a este régimen pues han sido implacables
contra los marginales que tanto mostró. Ciertamente Rengifo era
comunista, de los llamados comunistas negros que acaudillaba Miquelena y
fue un hombre a quien la dictadura de Pérez Jiménez trató con harta
benevolencia durante la dictadura al darle el primer gran mural del
Centro Simón Bolívar llamado Amalivaca y sin contraprestación política
como es la norma en estos tiempos. También fue un consentido del mercado
y un valor sólido en manos de Pepino Acquavella. El hecho simple de
elevarlos a ambos artistas es vender la idea de que ambos poseen
idéntica importancia y similar ideología, lo cual es mentira. Creo, y me
perdonan la inmodestia, ser la persona que más ha escrito sobre el tema
del socialismo y el realismo social en el arte venezolano en estos años
y coordiné el número de la revista El Desafío de la Historia con ese
tema y fue completado con textos de María Luz Cárdenas, Perán Erminy y
Roldán Esteva, que son gente seria y competente con méritos propios.
Fuentes:
http://opinionynoticias.com/opinioncultura/26280-reveron-y-rengifo
http://www.lapatilla.com/site/2016/05/11/nicomedes-febres-luces-reveron-y-rengifo/
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