martes, 24 de mayo de 2016

TRAZO HISTÓRICO

Érase un referente foráneo
Guido Sosola


Las redes engañan, porque no todo lo que se busca se consigue. Lejos de culparla, hay que mirar hacia el mercado de consumo: tiene una mejor cotización la data banal y efímera que la información consistente, coherente y profunda que suele quedar muy, pero muy atrás. No obstante, tenemos la impresión de una frecuente purga, como ocurre ahora con los consabidos “Aló, Presidente”, cuyos videos lenta e inadvertidamente desaparecen del horizonte digital, u otros materiales la pueblan con alguna tardanza, como es el caso de los relacionados con el chileno Radomiro Tomic, líder demócrata-cristiano de inequívoca postura de izquierda con el que los venezolanos nos familiarizamos – definitivamente – entre las décadas de los sesenta y setenta del XX.

Grosso modo, la democracia cristiana chilena, fue un partido de inconfundible sello ideológico que, a lo largo de su más remota historia, entre varios de los más destacados, tuvo por referentes fundamentales al centrista Eduardo Frei Montalva, cercanamente seguido por Tomic. La atención que los venezolanos le dispensamos a la organización, muy bien lo ejemplifica la revista SIC del Centro Gumilla, cuya colección está completamente disponible en las redes, sin contar con las numerosas ocasiones en las que los dirigentes foráneos nos visitaron antes que el gobierno de Allende (acotemos, apretada síntesis de lo que acá ya tiene 17 años), condujera al gobierno militar.

Junto a los uruguayos, los demo-cristianos del sur hicieron elocuente manifestación de la búsqueda de un orden no capitalista que llamaron socialismo comunitario, acá traumáticamente atenuado por la denominación sociedad comunitaria, pero – volviendo con Tomic – las elecciones de 1970 tuvieron como particularidad la extraordinaria semejanza del candidato presidencial y su programa, con el de Salvador Allende. La confusión produjo consecuencias mediatas e inmediatas, afectando la propia credibilidad de un partido que, después, remontó la difícil cuesta de la dictadura pinochetista, de la que también se le acusó como causante, hasta gobernar con la Concertación y, hoy, experimentar una fortísima crisis hasta de identidad, razón por la cual nos explicamos esa vuelta a don Radomiro.

Apreciando algunos aportes a youtube.com que, por cierto, significativamente, no llegan al año de orbitados, como las escenas de la campaña  de 1970 con un himno que suscitará la curiosidad de los consultores de hoy (https://www.youtube.com/watch?v=4mZg5cMd_nk&feature=youtu.be, o https://www.youtube.com/watch?v=3pjg-HjyuK8),  llama la atención un discurso de RadomiroTomic (https://www.youtube.com/watch?v=7DWfJryMmlw), mediante el cual constatamos posturas que, ahora, pueden generar una inmensa confusión en el proceso de reconstrucción del partido (PDC), deseando de buena voluntad recuperar su primigenia identidad y la fuerza mística que supo irradiar en el continente. La Unidad Popular que argumenta el chileno en un video más apropiado  para la reflexión histórica que para una actualizada respuesta política, clama por una alianza con las fuerzas marxistas de izquierda, cuyo auditorio de nuevo siglo atenderán con olvido de la dramática lección que, por desgracia, los venezolanos todavía arrojamos: cierto, alianza justa, argumentada y de buena fe que reivindica al partido, pero que los marxistas – groseramente, en el caso de Carlos Altamirano – desecharon.

Lo acaecido en nuestro país, con el fenómeno petrolero - ¿qué duda cabe? – de Chávez Frías, en principio, amalgamando las más variadas fuerzas y corrientes políticas e ideológicas que auspició, además del colaboracionismo y hasta el franco y visible oportunismo de personalidades y tendencias de los partidos y movimientos que derrotó, derivó en un batiburrillo que a la postre desenmascaró al castro-comunismo, expresión de un anacrónico socialismo real que ha sobrevivido parasitariamente de la sucursal que instaló y todavía administra en Venezuela. Por supuesto, los socialcristianos de vieja e inquieta data,  es el testimonio recibido al consultar a algunos amigos, con Tomic sienten una legítima nostalgia – érase todo un referente foráneo – pero, a la vez, lamentan que el dato no sea tomado a título de inventario, avalado por un debate de actualización y cotejado con lo que tiene por triste emblema a Maduro Moros.

26/05/2016
http://www.opinionynoticias.com/internacionales/26462-erase-un-referente-foraneo

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