El ministro de la Defensa y el Comandante del CEO, quien - por cierto - depende directamente del Presidente de la República, por lo que la relación con aquél es de mera formalidad, según la LOFANB, generan declaraciones selectivas o quirírgicas en los días que corren. El problema para uno, contrariando el texto constitucional, es la defensa de la revolución comandada por Chávez Frías, mientras que para el otro, atisbando una cierta inocencia política que compensa el libreto, se pregunta el por qué - palabras más, palabras menos - hay los desalmados que no comprenden al enfermo, irrespetando herencia de la enfermedad.
Los venezolanos intuimos la existencia del libreto deliberado y desenfadado que incluye el manejo de las imágenes, rematando en actos electorales que, como el de acá, en Maracay, tuvo por característica la indiferencia y el hastío de los aragüeños, aunque - también - solemos confundirnos por la incoherencia de las señales generadas. En el orden de las representaciones sociales, nuevamente, asistimos al ensayo de una inescrupolosa victimización que cuenta - igualmente - con algunas demostraciones de severidad - ¿innecesaria? - innecesaria en el respaldo a Chávez Frías y a su proceso, diferenciándolos por ratos de acuerdo a la hábil y cuidadosa estrategia comunicacional.
Nos permitimos un comentario adicional, pues, la entrevista de Sofía Nederr, ciertamente, habla bien de su puntillosa capacidad periodística que contrasta, es necesario reconocerlo, con la "timidez" de otros fablistanes. Presumimos la dificultad que tuvo para obtenerla, pero - comandantes aparte - constatamos la perspicacia de una comunicadora que, no es redundante decirlo, informada.
Valga la coletilla, resulta indispensable contextualizar todas y cada una de las declaraciones oficiales, extraoficiales y oficiosas. Más allá del circunscrito libreto, hay un metarrelato que, es el punto, sospechamos ignorado por los propugnadores del diálogo con el gobierno nacional. Vale decir, iniciativa inconsulta e iluminista, la cuestión no es el diálogo en sí, sino el improvisado y aparatoso planteamiento que beneficia a los - ahora - dizque "propensos" a dialogar desde la otra acera de un país cuya calle principal está empedrada de las buenas intenciones del odio, el revanchismo, la rencilla y el rencor que lo matriculan como una sucursal del infierno.
LB
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