domingo, 8 de abril de 2012
VIDA PLENA
NOTITARDE, Valencia, 8 de Abril de 2012
Jesucristo resucitó y da vida eterna (Jn.20,1-9)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, aparte de ser el fundamento central de nuestra fe cristiana católica, constituye la certeza y la esperanza de nuestra liberación y redención del pecado y de la muerte eterna. Afirmar, proclamar y creer que Cristo resucitó es tener la confianza que Él ha vencido a la muerte y el pecado y nos ha abierto la posibilidad de ser libres, de vivir plenamente y después del paso natural de la muerte física, alcanzar vida eterna.
Hoy es día de Pascua, porque Cristo ha pasado de la muerte a la vida; ha resucitado y con ello nos ha señalado el camino por el que tiene que transitar el ser humano; que para Dios no es un camino de muerte (aunque por el pecado y la desobediencia del hombre este sea un paso que hay que experimentar), sino un camino de vida; porque por amor fuimos creados por Dios y por amor hemos sido librados de la muerte eterna, del pecado y alcanzado la posibilidad de vivir eternamente, junto con Dios y en Dios para siempre y todo esto por la Pasión, Muerte y sobre todo Resurrección de Jesús. Dios no es un Dios de muerte ni de muertos, es un Dios de vida y que ofrece vida; que quiere que sus hijos vivan y sean plenamente felices en este mundo y luego vivir eternamente felices, gozosos en su presencia.
El mensaje que Nuestro Señor Jesucristo nos revela con su Resurrección es que el cristianismo no es un camino de muerte, sino de vida plena, de paz, de fraternidad, de comunión, de servicio, de donación y amor profundo. Seguir a Cristo, vivir en Él, creer en su Palabra, es aceptar todo lo que en su vida terrena Él realizó y conquistó para la humanidad, para todos los hombres de todos los tiempos.
El mensaje de la Resurrección de Cristo es un mensaje de vida plena, de vida renovada, transformada y realizada en el amor y por amor. Es la prueba máxima del amor de Dios por todos los hombres, por sus hijos que se habían extraviado y se extravían por el camino del pecado. Si antes del sacrificio y muerte en cruz de Jesús no había posibilidad de vida eterna para el hombre; porque los seres humanos le habían dado la espalda a Dios; ahora, por su infinito amor revelado en Cristo, por su entrega en la cruz y por su Resurrección, ahora todos los hombres tenemos la posibilidad de vivir felices en esta vida y podemos alcanzar vida eterna en el futuro, vivir por siempre y para siempre con Aquel que es la fuente de la vida y del amor.
La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo tiene un mensaje para el presente y para el futuro de cada hombre, de cada persona y de cada creyente. Ya sabemos que resurrección es vida plena, vida transformada, renovada, sin perder la esencia de lo que soy desde que vine al mundo. Pues bien, quien vive en Cristo, quien sigue su Palabra y la hace vida, quien lo busca con fe; quien cree que Él es verdadero Dios y verdadero Hombre; quien cree que Cristo se quedó Vivo y presente en el sacramento de la Eucaristía dejado por Él en la Última Cena; sacramento de vida, ese durante su vida terrena será feliz, tendrá paz, siempre tendrá la luz que lo iluminará en su camino, será siempre fortalecido con la gracia del Espíritu Santo y cuando vengan los momentos difíciles que no fueron ajenos a Nuestro Señor, ni a sus discípulos, siempre tendrán la ayuda y la asistencia de lo alto para superarlos y adquirir aprendizaje y crecimiento hasta que llegue el paso de la muerte que nos lleve al encuentro definitivo con Dios Uno y Trino, para vivir la vida plena, la vida eterna, ofrecida a aquellos que creen en Dios y le creen a Dios.
Quien vive en Cristo ya en el presente tiene vida plena, auténtica vida y después de dejar de existir en este mundo, tendrá vida eterna, vida en Dios y con Dios para siempre. Para esto es necesario creer en Cristo resucitado, llevar a la práctica su Palabra que se sintetiza en el amor a Dios y al prójimo como a uno mismo.
Los cristianos católicos necesitamos y debemos ser hombres y mujeres que predican la vida plena, que viven plenamente felices y defienden la vida desde su concepción hasta la muerte natural. Que no sea la cultura de la muerte que impere en nuestra sociedad, sino la cultura de la vida; la que Dios nos ofrece en Cristo Jesús.
IDA Y RETORNO: De corazón deseo a todos una Feliz Pascua de Resurrección. Que Cristo que vive sea siempre su norte y su guía, que no busquemos otro camino o falsos dioses; ya en Cristo está nuestro Camino, la Verdad y la Vida plena.
El próximo domingo responderé la pregunta ¿Qué debemos hacer los cristianos católicos ante tanta inseguridad, violencia y muerte que se vive en nuestro país? Aunque ya indirectamente he respondido algo con el artículo de hoy, seguiremos la próxima semana y adelanto que lo primero es orar con fe a Dios para que el imperio del mal, los planes del demonio sean vencidos.
Fotografía: Rodney Castro Soto (Caracas, 24/06/09)
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San Juan 20:1-9
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