lunes, 5 de marzo de 2012
DE LA BURDA ESTRATEGIA GUBERNAMENTAL
De la aterradora simplicidad televisiva
Luis Barragán
Nada mejor que iniciar el discurso con la lectura del comunicado oficial que daba aviso de la satisfactoria operación quirúrgica de Chávez Frías, leído con calculado sosiego por el vicepresidente Jaua. Las cámaras de ANTV hicieron lo propio, enfocando la progresiva emoción de la expectante bancada oficialista y de las tribunas que culminaron con las consignas de estilo, mientras que la opositora – por las interesadas ráfagas de los camarógrafos – lucía impertérrita, quieta, aplomada.
El discurso televisivo sirvió así a los intereses comunicacionales del gobierno, tendiendo la maniquea trampa que se ha hecho hábito. De una simplicidad que aterra, el aplauso total o parcial de la oposición hubiese dado pie a la inmediata acusación de cinismo, pues tampoco lo celebrarían como el refuerzo de la legitimidad en vías de deterioro; y la inalterable serenidad, como ocurrió, la hicieron equivalente a la tristeza por el parte médico, a la carencia absoluta de toda sensibilidad humana que contrasta con el júbilo popular que no se cansan de reportar y hasta de forzar.
Poco importan las instituciones que se ha dado la llamada quinta república, porque Chávez Frías es el que le da existencia a la Venezuela actual. Es decir, visa la propia existencia de sus seguidores y beneficiarios en la órbita del Estado, eje de todo cuanto ocurre en esta suma de horizontes perdidos, ganados o por ganar que es Venezuela.
Exacerbado el culto a la personalidad presidencial, es dado sospechar de aquellos que no manifiesten un mínimo de frenesí. Justamente deshorizontalizados, apelan al amor infinito que el Padrecito-Comandante por siempre suscitará, agotadas las razones de una adhesión que, en la sociedad rentista que somos, tiene otras raíces, actualizando la era stalinista.
Una feria del paroxismo que, aguas abajo, ofrece la densidad del miedo. Convengamos, son muchos los remolinos secretos que intentan adivinar la oportunidad del reacomodo frente al menor asomo de un agravamiento de la enfermedad.
Por lo pronto, procuran agendarnos públicamente con la enfermedad presidencial, generando expectativas reales y artificiales que amortigüen el duro impacto provocado por las exitosas primarias presidenciales de la oposición. Saben inevitable el tema, aunque también los estragos ocasionados por el alto costo de la vida, de la inseguridad personal, de la corrupción y corruptelas que por siempre ocultan, entre otros de los problemas de magnitudes todavía impensables que heredará el próximo gobierno de transición democrática.
Consabida la burda estrategia gubernamental, jamás subestimado el caso personal de Chávez Frías, privilegiemos el tratamiento de los fundamentales problemas nacionales por más que nos aterroricen o pretendan hacerlo a través de las emisoras radiotelevisivas del Estado, evitando – incluso – la tentación de responderles con las mismas armas degradantes del desprecio, la soberbia, la descalificación, la arrogancia. Ya vimos, el mismo día de la sesión parlamentaria de la presunta rendición, a los tienen por vocación la violencia y el sabotaje, con el lanzamiento de sendos artefactos lacrimógenos en la escuela de Trabajo Social de la UCV y todas las alteraciones pretendidas de aquellos que no logran el apoyo electoral de la comunidad universitaria, como ese duro hueso de roer que desesperarán más por falta de visado.
Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/11135-de-la-aterradora-simplicidad-televisiva
Etiquetas:
Chavezato,
Enfermedad presidencial,
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