viernes, 30 de marzo de 2012
UN PASSO
Referido antes, luego de la remoción de papeles y libros en casa, hallamos algunas viejas obras de John Dos Passos, parte de una antiquísima fiebre lectora. Todos los ejemplares ya están comprometidos con Abraham Quintero. No obstante, antes de entregarlas, las releímos y, con sobrada razón, nos atrajo antes el autor.
Tiene una forma particular de estructurar las novelas, por entonces, según los expertos, innovadora. Las noticias de la época, los modismos, los grandes mitos, corren paralelamente a la historia de sus personajes. Y éstos, tan bien realizados que, a veces, poca novedad reportan, pero el estilo, el modo de abordarlos, los hacen atractivos. Incluso, cortando escenas, adelantándose a otras secuencias, pues, repentinamente, nos dice de un accidente automovilístico, dando ocasión a otros desarrollos, o - simplemente – los ahora para anclarse en el que le interesa, como aquellos de realizar por algunos meses un viaje a Europa para volver – automáticamente – al momento que desea destacar, aunque definitivamente no se queda en las escenas sexuales que – apenas – enuncia y, como en una película, da por hecho.
Mencionada una entrega anterior, dos títulos de la trilogía USA persisten en el “esquema”. Significando el punto central de las tormentas que corren hacia el este del territorio estadounidense, aproximadamente el paralelo 42 de latitud que indica una obra especializada del siglo XIX, está – precisamente – “Paralelo 42”, desfilan Mac, Janey, Joe, Ward, Eleanor, Charley…., entre Washington y Nueva Yotk, preavisando la primera guerra mundial. En “1919”, Joe, Richard, Eveline, Ben, Nena…., cabalga Nueva York y el viejo continente en guerra y la entre - guerra que concluye.
Desarrolla los personajes en una novela para que, luego, unos u otros, confluyan en los capítulos finales, ya avisados o rasgados en las otras obras. Importa la forma, pero también el fondo. Algo que no suele ocurrir con frecuencia ahora, hay historias, cuenta cortas y largas anécdotas y vicisitudes, realmente atractivas. Novela, pues, el otro lado de una guerra demasiado bestial – por entonces – tal y como la retrató en “1917” (creo que la leímos en una vieja colección de Salvat): nos quedó – por ejemplo – aquellas escenas de las trincheras gaseadas y mordientes, tal como hoy están ancladas otras de Vietnam gracias a la filmografía consabida.
LB
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Wow, don Luis, espero un reencuentro para el intercambio. Un abrazo.
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