domingo, 18 de marzo de 2012

¿CASTIGADOR?


San Juan, 3: 14-21

En su homilía de hoy, el Padre José Joaquín Albístur (SJ), en un magnífico lenguaje coloquial, a través de un feligrés, recordó aquello de la culebra de broce (Números). Necesario colocar a Jesús en lo más alto para dejar que nos hable, colgado en un palo para que todos lo miremos, en nuestras vidas. . Si creemos en Jesús, tendremos vida eterna. Nicomedes no entendía.

Dios no vino a condenarnos, a castigarnos, ni a dar miedo como en cierta forma aprendimos en el pasado. Vino a amarnos, a salvarnos. No castiga a nadie, nos quiere salvar.

Hay que ponderar lo que hicimos esta semana. Si privó a nuestro alrededor la solidaridad, bondad, respeto, felicidad (luz), o el odio, venganza, rencor, indiferencia (tinieblas).

Dios no sólo nos amó, sino también al mundo. Popr amor desea salvarnos. Para llegar a la vida plena.

Ilustración: Mercè Hernández Carbonell

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