miércoles, 21 de marzo de 2012

PORTUS

EL NACIONAL - Miércoles 21 de Marzo de 2012 Cultura/3
COLECCIÓN Yoyiana Ahumada presenta Portugal y Venezuela 20 testimonios
Vuelve la serie Inmigrantes de la Fundación para la Cultura
La Sociedad de Amigos rescató un proyecto que prueba que el venezolano es pluralista y tolerante
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ

Venezuela representó para los portugueses con los que conversé la entrada a un universo afectivo al que no estaban acostumbrados en su país

La casualidad hizo que Yoyiana Ahumada, hija de un chileno y de una cubana, terminara embarcándose en el proyecto de entrevistar a dos decenas de venezolanos nacidos en Portugal, tanto en el continente como en la península, quienes tuvieron a bien contarle sus historias de éxito en el país que hicieron suyo, a pesar de que si algo observó la periodista es la humildad que mantiene en el bajo perfil a los miembros de la comunidad lusa.

Portugal y Venezuela 20 testimonios es parte de una colección que era bandera entre las editadas por la Fundación para la Cultura Urbana: la serie Inmigrantes, que en los 10 años de gestiones de la institución sin fines de lucro presentó testimonios de los más diversos grupos de extranjeros que ayudaron a construir Venezuela, como los españoles, italianos, libaneses y mexicanos.

La contribución fotográfica de Roberto Mata pone piel a las declaraciones contenidas en la publicación que presentarán mañana la Sociedad de Amigos de la Cultura Urbana y la Fundación Rosa y Giuseppe Vagnoni.

"La presencia de los portugueses, los italianos y los españoles, así como del resto de las comunidades de inmigrantes que cohabitan en Venezuela, promueve la idea de un país profundamente democrático, tolerante y necesitado de la diversidad", reflexiona la también autora del libro El mundo según Cabrujas (Alfa, 2009).

Tan antiguos como la Conquista. Si bien la mayoría de los inmigrantes entrevistados por Ahumada se mudaron al país durante la dictadura de António de Oliveira Salazar ­atraídos por las políticas de inmigración del gobierno de Isaías Medina Angarita­ o durante la guerra declarada por Portugal a la República de Angola en la década de los setenta, el libro contiene un dato crucial para comprender la dimensión de las relaciones luso-venezolanas: que el primer portugués llegó a la llamada Pequeña Venecia en el siglo XVI, se llamaba Joao Vizcaíno y era piloto en la expedición de Alonso de Ojeda.

"En la actualidad, tras 13 años de un régimen que apunta hacia la destrucción de la empresa privada, de las libertades económicas y de las libertades elementales y a medida que crece la inseguridad y la violencia, ha comenzado a producirse el fenómeno a la inversa: el regreso a la tierra de los padres y de los abuelos", apunta en la introducción del libro, donde también indica que para los años cincuenta Venezuela ocupaba el segundo lugar en las preferencias migratorias lusas con cerca de 36.000 emigrantes al año. Sin embargo, el país que fue un oasis para los abuelos terminó por agobiar a los nietos.

"Los portugueses aprendieron el sentido de regocijo en Venezuela", señala Ahumada como uno de los detalles más reveladores de su investigación sobre la comunidad de inmigrantes: "Venezuela representó para los portugueses con los que conversé la entrada a un universo afectivo al que no estaban acostumbrados en su país".

Aunque todavía no tiene fecha para su presentación, Andrés Boersner, presidente de la Sociedad de Amigos, informa que el próximo libro de la serie será Curazao y Venezuela.

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