Una crónica refundación
Luis Barragán
Masivamente capturada la ingenuidad de los venezolanos, el compromiso de diciembre de 1998 fue el de refundar la República y, con ella, milagrosamente, resolver los problemas fundamentales que nos aquejaban. La oportunidad fue la del ingenio reprimido de un elenco moral y absolutamente impecable que pedía y ansiaba una oportunidad negada por la maldad congénita de grupúsculos y afines.
Ocurre que la absurda muerte de la hija del cónsul chileno, caso consabido, ha afectado la credibilidad internacional del gobierno de Chávez Frías, más que la conmoción ya acostumbrada de la opinión pública interna. Porque a diario numeramos eventos similares, donde los más inocentes, por la concurrencia acostumbrada a las páginas de sucesos, alcanzan luego un anonimato que es el de la anormalidad aceptada o resignada, mientras que la Defensoría del Pueblo se esmera en revolver el 27-F con fines propagandísticos, molestándole o irritándole todavía lo que diga – por ejemplo – COFAVIC.
El ininterpelable ministro responsable del área no renuncia, como tampoco a su candidatura a la gobernación, pero – palabras más, palabras menos – anuncia la refundación de un cuerpo policial del que sólo se sabe amplió inútilmente sus siglas. ¿ “Refundación radical” del CICPC cuando supusimos que lo hicieron antes con la República?
La pesca de arrastre sigue, esperando por el éxito electoral de 2012. Empero, hay una diferencia dramática: 19 mil muertos en las calles hacia 2011, mientras sigue la feria oficial.
Fuente: http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8298812.asp
Ilustración: Rayma (El Universal, Caracas)
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