viernes, 16 de marzo de 2012

BOLIVARIANÓSIS


EL NACIONAL - Viernes 16 de Marzo de 2012 Cultura/3
ENTREVISTA La noche que Bolívar traicionó a Miranda (Gedisa, 2011) se publicó en España
Juan José Armas Marcelo: "Venezuela adora psiquiátricamente al Libertador"
La novela muestra al precursor de la Independencia como la víctima de un Simón Bolívar ambicioso
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ


Juan José Armas Marcelo ha estado más de 22 veces en Venezuela, un país que considera una de sus patrias. En una de esas visitas, en el año 1976, Guillermo Morón le habló de Francisco de Miranda y se obsesionó a tal punto con la historia que pasó 25 años de su vida escribiendo La noche que Bolívar traicionó a Miranda (Gedisa, 2011).

La novela, presentada recientemente en el Ateneo de Madrid, describe la relación entre un joven Simón Bolívar y el precursor de la Independencia de Venezuela, a quien terminó entregando al Ejército Realista. Basado en esta anécdota, el autor intenta mostrar a los personajes de la época en sus miserias humanas, más que en sus grandilocuencias históricas.

"Cuando me imbuyo en la historia de un país me convierto en uno de sus hijos, porque trato de entender el alma de sus habitantes. Si me llevas ahora mismo a Venezuela, yo puedo pasar por venezolano", dice el director de la Cátedra Vargas Llosa de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que en la actualidad prepara otra novela histórica basada en el llamado líder máximo de la Revolución panameña, Omar Torrijos.

--¿Qué ofrece el personaje histórico de Miranda para una ficción? ¿Qué puede decirle a un europeo de hoy? --Miranda era una personalidad universal que no reparaba en países ni lenguas, un hijo de su época que perdura por su idealismo y porque tuvo la voluntad de transgredir lo que entonces era el concepto de nación. Bolívar copió, en la mayoría de los casos, su teoría política. El llamado Libertador, más conservador desde el punto de vista ideológico, emprendió una revolución llena de dificultades que ya Miranda había tenido. Mi novela es una tragedia, porque es terrible que la libertad acabe siempre sometida por el poder, que también se llevó la gloria en esta pelea histórica. Hay hombres de poder y otros de libertad, como eran Bolívar y Miranda, respectivamente.

--¿Qué aprendió de la confrontación entre Bolívar y Miranda? --Aprendí las grandezas de cada uno: eran dos titanes enfrentados y uno de los dos sobraba. Aprendí que estudiar la traición a través de la historia es una vía para conocerla bien.

En mi investigación descubrí las contradicciones horrorosas que tenía Bolívar: odiaba a Napoleón, pero quería ser como él. Me inclino por Miranda porque soy escritor y no me considero bolivariano ni excesivamente dado a deificar a los personajes históricos.

Hoy, si comparas el idealismo de Miranda con el romanticismo de Bolívar, observas que la visión del primero es más europea. Me parece que el mejor pensamiento de Bolívar es de Miranda.

--¿Qué es lo más incómodo en la historia oficial de Bolívar? --La historia oficial dice que es Dios y que es intocable, pero era un ser humano y, como tal, era incompleto. Los nacionalismos son así: San Martín no se puede tocar en Perú ni Santander en Colombia. Todos los países tienen su santoral. Sin embargo, Venezuela adora psiquiátricamente al Libertador y allí hay un componente de miedo.

--¿Cómo le gustaría que los venezolanos leyeran la novela? --Con calma, sin prejuicios, que la lean antes de condenarla... O antes de ensalzarla. Me gustaría que alrededor de mi libro se haga un debate intelectual decente; debemos entender que incluso nuestros titanes más queridos tienen contradicciones y que en muchos casos prima en sus comportamientos la pasión del interés personal que la del colectivo.

--¿Qué diferencias hay entre su Miranda y el descrito por Fermín Goñi en Los sueños de un libertador? --El libro de Goñi más que una novela es una biografía novelada, en la que tienen más peso los elementos reales que los de ficción. En una novela histórica, por el contrario, pesa más la invención. Los hechos de la ficción tienen que ser tan reales como los de la historia y viceversa. Me parece que Goñi trató de hacer una biografía, pero se le escapó el personaje.

Miranda no cabe dentro de su propia vida, es una figura inconmensurable. Por lo tanto, el mejor género para trabajar su historia es una novela.

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