lunes, 7 de febrero de 2011

por estas (otras) calles

EL NACIONAL, Caracas, 06 de Febrero de 2010 / Todo en Domingo
Yordano 2.0
30 años de vida artística
Magaly Rodríguez

"Pero es porque la música aún hace que el corazón nos funcione bien, hay energía. Por lo que leo en el Twitter ­su perfil @yordanooficial, tiene 18.000 seguidores­, ellos sienten que las letras todavía le hablan a esta generación. Lo cual se vale, porque yo puedo estar hasta las 4:00 am en Youtube viendo cosas que no son `de mi época’, sea Otis Redding o Stereophonics, y sentir que eso me toca; y decir esta vaina sí es buena".

Hoy vamos a salir.

Es quizás uno de esos pocos cantantes que enamoran a las mujeres ("yo me quedo a velar tu descanso, princesa de mi corazón"), pero con virilidad suficiente para que los hombres se atrevan a cantarlas sin sentirse cursis. Yordano asegura que sus canciones suelen ser una mezcla de sensaciones, con una o varias personas en mente. "La última piedra’ es por un lado un homenaje a los Rolling Stones y al rock latino; por otro, se refiere al día siguiente de cuando se acaba una relación y te queda una sensación de rabia constructiva, de qué bueno que por fin se acabó esto". "Perla negra" es un rompecabezas. "Empecé por toda la melodía de la canción y para la letra busqué frases que encajaran y contaran una historia. Hubo una prostituta que una vez me dijo: `dime qué quieres que te haga’, y yo le añadí, `yo sé de mil calles y todas llevan al mismo lugar’. `Manantial de corazón’ habla sobre la sensación de soledad después de una fiesta en casa de un amigo. `Locos de amor’ está basada en la obra de teatro Fools for love, de Sam Shepard. `Vivir en Caracas’ la hice para un concurso de canciones sobre el aniversario de la ciudad que nunca se llevó a cabo, y `Días de junio’ la escribí unos días antes del nacimiento de mi hija mayor. `No voy a mover un dedo’ fue escrita por encargo para un cantante nuevo y terminó grabándola Guillermo Dávila. Es una de mis canciones más versionadas. La hay en bachata, salsa, merengue, hard
rock, punk", cuenta.

"Con `Chatarra de amor’ estaba entusiasmado con libros de García Márquez y pensé en una canción de realismo mági

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A romper casillas

"Hay gente que cree que estoy retirado porque no hay un canal de TV que me ponga ni radios que pasen mis canciones. Puedo hacer la cosa más vanguardista y moderna, pero a veces siento que me encasillan en que soy de tal época o ponen sólo mis trabajos anteriores", señala. "Me molesta, claro. Siento que parte de eso viene de una actitud estructural como país de borrar nuestro pasado, de `los de ahora somos los que lo vamos a hacer bien’.

Eso también pasa en lo cultural", asegura. "El disco El Deseo fue el más vendido aquí en 2009 (con 60.000 copias), pero no se ha vendido más porque no lo siguieron sacando. Desde entonces estamos trabajando para empezar a impulsarnos con fuerza también hacia afuera, a países como Colombia, Puerto Rico o Panamá donde la recepción siempre ha sido muy buena. En Panamá hicieron un musical con 20 canciones mías", dice quien ha compartido escenario con Joan Manuel Serrat y Milton Nascimento en conciertos multitudinarios y ya está organizando una gira estadounidense que incluye un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York. co que a la vez es triste, como las canciones fúnebres de donde nace el jazz, cuando los músicos venían de enterrar a sus muertos y montaban una rumba de regreso. La mía tiene un ritmo muy alegre; dice que lloró, lloró y lloró y más nunca paró", explica. "Niña Mala’ se me ocurrió leyendo
Travesuras de la niña mala de
Vargas Llosa; me pareció un título muy bueno para un tema.

Tengo varias hijas y sé unos cuantos cuentos de niñas malas no sólo con los hombres, sino entre mujeres, en los colegios, en los grupitos".

"Por estas calles" fue escrita durante un viaje al exterior. Está inspirada en una obra de teatro cubano presentada en Caracas.

"No recuerdo el nombre, pero se desarrollaba en un pueblito del interior de Cuba y sacaba a relucir con humor todas las miserias de las luchas de poder entre sus habitantes. Tenía una especie de coro griego en un cuarteto de vagos que tocaba sones y se reía de los personajes con doble sentido. De ahí viene la canción, que es un son", señala. "Cabrujas usaba nombres como Constitución para bautizar a las mujeres, por ejemplo, y de la misma manera uno escucha hablar de las prostitutas con apodos tipo `La diabla’.

Quise usar conceptos como la valentía o la compasión, como las prostitutas de Caracas".

Cuando la estrenó en un concierto en el Teresa Carreño, no tenía idea de que existiría una telenovela. "Ni siquiera estaba grabada en un disco. Hubiese sido un hit de radio aún sin novela y creo que hubiera tenido una vida mucho más natural; no habría estado momificada a través de los años". ¿No se cansó de ella? "Claro que me harté. Yo decía `si quieren alargar la novela, háganlo, pero quítenme la canción o pónganla instrumental".

Aunque fueron tiempos de éxito, también lo arropó la confusión. "Entre el 85 y el 93 hubo momentos difíciles, era complicado tener vida privada, salir, llevar a mis hijas a un parque. Uno hace crisis y se disocia un poco para protegerse, aunque es inevitable que eso te afecte. Eso de la nube del éxito es físico", asegura. "Hay un bombardeo de drogas producidas por tu propio cuerpo y te sientes como flotando sobre una espumita, como que pesas menos. Imagínate que estás sometido a eso todos los días; que vas a un sitio y se arma un alboroto. Llega un momento en el que buscas separarte de eso de alguna forma para poder tener unas situaciones normales con las personas que te rodean. Ahora todo es más tranquilo". Pero su carisma sigue ahí. "Una mujer en Miami me agarró hace poco por un brazo y me dijo: "oh, you’re so
sexy!", dice con voz seductora
antes de reírse. "¡Qué susto!"

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