jueves, 1 de septiembre de 2011

AQUELLA OTRA TRIBUNA


Del viejo parlamento
Luis Barragán


Conversábamos sobre las viejas noticias, contrastando etapas. Julio Moreno nos refirió que, estudiando cerca, en el liceo "Fermín Toro", junto a sus compañeros, frecuentemente acudía a las tribunas para presenciar las sesiones del Congreso de la República.

Aludimos a algunas de las muestras obtenidas del Diario de Debates de aquellos años tan tempranos de los sesenta, e imaginamos el deleite por los grandes oradores. Por cierto, Diario que no se publica impresamente desde 2001, ni está en la red de redes como se supondría.

Oradores de muy distintas tendencias políticas y matices ideológicos, afrontando una y otra coyuntura de gravedades habitualmente extremas. Forma y contenido, estilo y profundidad, lenguaje y convicción, sobriedad y humor, vocación y audacia, los caracterizaba.

Senadores y diputados cabalmente convencidos de un papel trascedente, con las excepciones de rigor. Conscientes de la importancia de una tribuna también peligrosa, aminorando la estúpida vanidad de exhibirse y hacerse meramente en ella.

Hubo manifestaciones de improvisación que, por arte de las justas habilidades del tribuno, no parecieron tales. Huelga comentar la descarada improvisación de estos días que hace una morisqueta de las gracias que se intentan, convertida la cámara de televisión en una angustia incineradora.

Y, aún cuando presumimos del poblamiento interesado de la galería en ambos hemiciclos, realmente competida por los diferentes movimientos políticos, jamás se convirtió en el espectáculo actual. Esto, porque el PSUV suele movilizar a sus huestes - principalmente burocráticas - para corear consignas e insultar a la oposición, con la aquiescencia y beneplácito de una directiva completamente afín, aunque votada por menos del 48% del electorado.

Quisiéramos saber más de las inmediaciones del Capitolio Federal, porque seguramente no copaba las adyacencias como ocurre en esta centuria para restarle espacio a la ciudadanía transeúnte. Y del edificio mismo, excesivamente remodelado o restaurado en la década, pero insistimos en resaltar al tribuno parlamentario que, inadvertido ahora, antes debía competir con el edilicio, partidista, liceísta, universitario y callejero, a sabiendas que el periodista escrito, radial o televisivo le esperaba para las más incisivas e inteligentes preguntas de un conocedor profundo y sostenido de la fuente.


Fotografía: "La bateria gruesa del MIR en el Congreso después de la primea división de AD: Dáger, Sáez Mérida, Domingo Alberto, Jesús Villavicencio, Freddy Melo, Argenis Gómez".Momento, Caracas, nr. 791 del 12/09/71.

Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/9316-del-viejo-parlamento

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