viernes, 2 de septiembre de 2011

PICADURA: SAC


Con o sin ella, lo es. Simón Alberto Consalvi exhibe una pipa que, por lo general, estuvo asociada al intelectual. No sabemos si todavía ese vínculo imaginario se da, pues, afortunadamente, ha descendido la práctica tabáquica en este lado del mundo, por lo menos, al compararla con décadas anteriores.

Un Consalvi más joven, periodista, presidente de la institución cultural del Estado por excelencia, luego varias veces ministro y diplomático, ahora editor adjunto del diario El Nacional, Caracas. Empero, la pipa estuvo (¿o está?), preñada de un imaginario: la vejez que, además, puede se prematura si el fumador no rebasa la treintena de edad. No ocurre si, por un accidente, debe acompañarse con el otro gran símbolo de la llamada tercera edad, el bastón, pues lo cierto es que el artefacto concede edades que, incluso, no se tienen.

Por lo demás, presumimos que años atrás era más fácil conseguir y adquirir las más variadas pipas en el mercado, agregada la relativa facilidad de viajar al exterior para hacerlo, porque hoy no es posible una oferta generosa en el patio, dado el control de cambio. ¿Y las artesanales, producto del esfuerzo de los luthiers del humo?, ¿acaso alguien idearía manufacturarlas acá en el marco de la sustitución de las importaciones?, ¿únicamente para las piñatas, plastificadas?. Apesadumbrados, hemos visto en las calles, fumadores de "piedras" con artilugios parecidos a la pipa de formal diseño, pequeños, desechables. Otro tema de los tantos que surgen, a propósito de una vieja fotografía.

LB

Fotografía: Momento, Caracas, nr. 790 del 05/09/71.

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