viernes, 23 de septiembre de 2011
A PEPA DE OJO
EL NACIONAL - SÁBADO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2011 PAPEL LITERARIO/1
Álbum de familia: 70 años de fotoperiodismo en Venezuela
Vasco Szinetar, curador, ha realizado una dedicada y minuciosa pesquisa en los empresas periodísticas más importantes de Venezuela y en la Biblioteca Nacional, para dar nuevamente vida a valiosísimos documentos gráfi cos cuya lógica productiva los condena a una muy prematura muerte
ÓSCAR LUCIEN
Como un recorrido por más de medio siglo de historia venezolana puede interpretrarse la exposición "70 años. Fotoperiodismo en Venezuela", curaduría de Vasco Szinetar, que se exhibe en los espacios de Ciudad Banesco.
Comentamos la exposición en el amplio sentido que comprende el elaborado libro que la acompaña y multiplica considerablemente la selección que apreciamos en la galería de la entidad bancaria.
Contrariamente a lo que en una primera impresión podría concluirse, no se trata de una recopilación de gráficas de eventos noticiosos relevantes de los avatares políticos del período considerado; estamos ante una grata panorámica de nuestra historia social, cultural, deportiva, de entretenimiento. Vasco Szinetar se refiere a su curaduría en términos de un discurso sobre el fotoperiodismo en Venezuela, en el sentido de que esas imágenes representan una manera de informar, de reflexionar, de discutir la vida del país: la política, la crónica social, los deportes, la vida cotidiana.
Szinetar, afamado retratista, bibliófilo y estudioso de la fotografía, consecuente pesquisador en mercados de pulgas y en archivos familiares, organiza su discurso sobre el fotoperiodismo en Venezuela bajo el hilo conductor que proporcionan los grandes eventos políticos desde la década de los años cuarenta hasta el presente: caída del General Medina, Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, gobierno de Rómulo Gallegos, muerte de Delgado Chalbaud, dictadura de Marcos Pérez Jiménez hasta el advenimiento de la democracia.
La muestra se funda pues en una periodización que valora el hecho político como pauta del cambio social en virtud de la precariedad o fragilidad de otras instituciones sociales, acentuado, frecuentemente, por gobernantes que al asumir el poder se dejan llevar por visiones mesiánicas, de tabula rasa o refundacionistas, pero nos ofrece gráficas emblemáticas de otras dimensiones esenciales de la vida socia. Desfilan ante nuestros ojos, líderes políticos, funcionarios públicos, gente del espectáculo, deportistas, artistas, gente común que son el corazón de las noticias.
Vasco Szinetar, quien nos ha acostumbrado a su omnipresente y en ocasiones graciosa e irreverente imagen en el espejo con sus célebres retratados, vuelca ahora el espejo para narrar una historia de los venezolanos donde los retratados somos nosotros mismos, los ciudadanos que han y hemos conocido esos sucesos en las páginas de los diarios. En una buena medida recorremos la exposición como leemos un codiciado álbum familiar: desde los eventos de las primeras décadas, como estar frente a abuelos o familiares que no conocimos, hasta las décadas más recientes, con el agrado, la nostalgia o complicidad de eventos, situaciones o personajes que son parte de nuestro patrimonio cultural o visual.
La muestra puede considerarse, en efecto, iconográfica, en el sentido que las imágenes seleccionadas representan épocas que forman parte del imaginario venezolanos, de eventos significativos de nuestra vida política, cultural y social. Como todo álbum, esta muestra de fotoperiodismo se ancla y revive nuestra memoria.
Pero ¿quienes son los autores de estas fotografías?, ¿de dónde vienen estas fotografías? Todas las fotografías expuestas han sido producidas desde los medios, en el contexto de una noticia. Vasco Szinetar, curador, ha realizado una dedicada y minuciosa pesquisa en los empresas periodísticas más importantes de Venezuela y en la Biblioteca Nacional, para dar nuevamente vida a valiosísimos documentos gráficos cuya lógica productiva los condena a una muy prematura muerte. De esos archivos Szinetar resucita históricas imágenes de Francisco Edmundo Pérez (el célebre gordo Pérez), de José Sarda, Tom Grillo, Luigi Scotto, Dolande, Héctor Rondón, entre los primigenios maestros, como de los más recientes Sandra Bracho, Henry Delgado y Gabriel Osorio, para sólo citar los nombres que ahora me vienen a la mente entre el centenar incluido en la muestra.
Algo esencial que vale la pena destacar como valioso aporte de esta muestra es la posibilidad de reconocer los valores propiamente fotográficos como narrativos de la selección.
Observando uno a uno el trabajo de estos creadores de imágenes, apreciamos que sus fotografías no son parasitarias de los textos periodísticos que en ocasión de su publicación las acompañaron. Cada fotografía, en sus dispositivos de composición, sus encuadres, iluminación y oportunidad de toma, representan un discurso sobre la realidad y configuran la narración de la noticia misma.
Esta selección en Ciudad Banesco nos demuestra que el buen fotoperiodismo trasciende el mero registro documental de lo noticioso, de lo propiamente informativo: instituye una particular mirada para producir un documento con valor estético. Evoco al azar algunas imágenes que no recuerdo si vienen del libro o de la galería: el sorprendente plano cenital de Juan Martínez Pozueta para mostrarnos al recién electo presidente Rómulo Gallegos y a la Primera Dama en el vehículo presidencial, profusamente abordado por reporteros y curiosos; la dimensión poética y desoladora de una mujer embarazada acompañada de su indefensa niña aferrada a su peluche con la que Jacobo Lezama, mediante el uso de un gran angular, nos hace revivir la tragedia del deslave de Vargas; la equilibrada y serena composición de la célebre fotografía de Héctor Rondón durante el Porteñazo, que lo hizo merecedor del Premio Pulitzer.
En este sentido, vale la pena destacar el logro del curador al ofrecernos a través de su pesquisa y selección en los medios impresos, el discurso visual que ha modelado la cultura en nuestro país: cómo los medios han sido fundamentales en la construcción de un imaginario visual. Szinetar ha reconocido que el criterio para escoger cada foto es que cada una de ellas tiene una carga conceptual, informativa y estética relevante, es decir, reconoce la capacidad del fotoperiodista de captar en un sólo instante toda la información del evento pero con una destreza y una capacidad estética importante. Y, en efecto, cuando el visitante de la muestra se detiene ante cada foto, la fruición de la imagen no está solamente determinada por la información transmitida, en algunos casos impactante o sobrecogedora, sino también por la pose, la jerarquización de los contenidos, el ángulo, en fin, por la mirada del fotógrafo periodista, que intuyo sea distinta a la del "periodista fotógrafo".
Recorriendo esta muestra, en el agradable paseo de la propuesta museográfica de Szinetar reconocemos, sin duda alguna, la pretensión de homenajear a esos grandes creadores del fotoperiodismo venezolano.
¿Faltan fotos? se pregunta el mismo curador y responde, seguramente, consciente de los riesgos inherentes a toda muestra antológica. Pero, no podemos sino coincidir con él cuando agrega "pero estas fotos son las fotos". Grata experiencia esta revisión de un cuidado y sui generis álbum de la familia venezolana, que nos ofrece el experimentado y cultivado ojo de Vasco Szinetar.
Etiquetas:
Fotoperiodismo,
Oscar Lucien,
Vasco Szinetar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario