lunes, 12 de septiembre de 2011

11-S FILM


EL NACIONAL - SÁBADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2011 ESPECTÁCULOS/4
CINE Las consecuencias culturales del 11-S no siempre resultaron evidentes
Una década de desencanto ante un enemigo invisible
Incluso el género de superhéroes reflejó las ansiedades de una potencia atacada en su propio territorio
ALEXIS CORREIA

¿Es el incinerador al que inexorablemente se dirigen Woody y Buzz Lightyear, sumergidos en un amasijo infernal de basura en Toy Story 3, una reminiscencia de los hierros retorcidos de las Torres Gemelas de Nueva York? En el póster de la entrega final de Harry Potter, ¿sirven acaso las ruinas en fuego del amado castillo de Hogwarts (una especie de útero materno) como una metáfora de la irreparable herida en el corazón de la que bien podría considerarse la capital simbólica del planeta? Quizás el ejercicio implique llevar demasiado lejos las consecuencias culturales del 11 de septiembre de 2001. Pero el efecto de los atentados impregnó el imaginario cinematográfico de toda una década, aunque no siempre se apreció a simple vista.

Existen varios tipos de películas relacionadas con el 11 de Septiembre. Unas pocas se atrevieron a recrear directamente los atentados en Estados Unidos y los pequeños y grandes dramas que de ellos se derivaron, como Las torres gemelas (2006). Un nutrido cargamento de cine independiente y de documentales ha enfilado hacia la política exterior estadounidense, casi siempre con un acento crítico: el 11-S es una consecuencia del rumbo errático de Washington; y la respuesta militar a los invisibles autores del 11-S, una prolongación de esas equivocaciones. Una comedia como Hombres de mentes (2009) o dramas como Syriana (2005), La conspiración (2007) o El buen pastor (2006) ilustran este tipo de filme.

Mucha de la producción de Hollywood, por supuesto, optó por la evasión. Sin embargo hay otro tipo de filmes que, si bien en apariencia carecen de mensaje político, de algún modo están impregnados del espíritu de los tiempos posteriores al 11-S: paranoia, impotencia, desencanto y ambigüedad moral. No casualmente la segunda película más taquillera de la década pasada en Estados Unidos fue la sombría El caballero de la noche (2008).

Rascacielos herido. "Los primeros 10 años del siglo XXI pertenecieron a los superhéroes y a la ansiedad de una figura protectora. Pero El caballero de la noche es quizás la gran película del 11-S. El Guasón interpretado por Heath Ledger es un terrorista cuyo único propósito es generar caos y miedo. Batman, su vigilante, resulta efectivo porque también actúa sin apego a las leyes. "El filme del director Christopher Nolan hace una sombría y pesimista relectura acerca de la capacidad real de la democracia para emprender la guerra contra el terror", indicó el crítico estadounidense Jake Coyle. Llama la atención acerca del póster publicitario en el que aparece un rascacielos herido por el impacto de un murciélago de fuego.

Sólo una película recaudó más dinero en la potencia atacada que El caballero de la noche desde 2001 hasta hoy: Avatar (2009), de James Cameron.

¿Evasión pura de ciencia ficción? Probablemente. Pero el argumento situado en el planeta Pandora, a cuatro años de distancia del la Tierra, cuestiona el uso de la fuerza militar para la expropiación de recursos energéticos de otros pueblos.

Una posible alegoría de las motivaciones detrás de la invasión de Estados Unidos a Irak.

El género conocido como film noir (cine negro policial de los años cuarenta y cincuenta), cargado de fatalismo, oscuridad y cinismo, es considerado una respuesta estética a la angustia de la Segunda Guerra Mundial, aunque tal relación sólo se estableció mucho después. Muchas de las consecuencias culturales del 11-S quizás no se manifiestan todavía de manera tan evidente. Susan Wloszczyna, crítica de cine del diario USA Today, sugiere que películas como Juno (2007) y Scoytt Pilgrim versus el mundo (2009) reflejan la pérdida de la inocencia en la generación que creció bajo la nube de polvo del 11-S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario