martes, 30 de agosto de 2011
TABLERO
San Mateo, 16: 21-27
En su homilía de ayer, el Padre Roberto Martialay (SJ) recordó que son las mismas circunstancias de excursión al norte, contrastando la respuesta de Jesús a Pedro, de la semana pasada con la de ahora. Retiro de Jesús. Pedro no acepta el plan.
Doctrina de la abnegación. Salvar la vida, en lugar de ganar el mundo. San Ignacio de Loyola empleó las mismas palabras en la conversión de San Francisco de Javier.
Abenegación, no hacer esperar a los demás, renunciando a nuestro propio tiempo; abnegación-orden; abnegación-respeto, versus tentación del olvido e improvisación; abnegación-higiene, aunque acá más de lugares que de personas; abnegación-atención; abnegación-urbanidad; abnegación-estudio; abnegación-trabajo; abnegación-constancia. En San Mateo también se lee yogo, más suave, que Cruz.
Recordó a los seis sacerdotes que se encuentran en la enfermería del San Ignacio de Loyola, como los Padres Gárate, Braulio, Epifanio (que hizo reformas en San Francisco, antes de la llegada de Numa). Enfermos, superando dificultades, pero están alegres.
Lacasta
De acuerdo a nuestros apuntes (31/08/08), el Padre Alvaro Lacasta (SJ), refiere a lo insólito de sus vivencias: Jesús curaba enfermos, hacía milagros, etc., ahora debía ser juzgado y morir, sufrir ucho. Como dijo la Madre Teresa de Calcuta, amar hasta sudar sangre. Moriría a manos no de la gente manipulada, comprada, sino de los más instruídos (escribas, maestros de la Ley, sacerdocio). No se trataba de una muerte cualquiera, sino la más ignominiosa, cruel. Asesinado por el poder establecido. Pedro es el gran disidente: no le puede pasar a Jesús. Antes, habló a través del Espíritu Santo; ahora, a través de la carne humana. La vida es una ondción imprescindible, es necesario hacerla, es un don y una ofrenda para los demás, tiene sentido y ¿si no, qué?. La vida no existe, se hace. Es el resultado de las actitudes internas frente a los acontecimientos exteriores. Jeremías, fuego ardiente. Tuvo que enfrentarse para tener una vida. Recuerda aquella experiencia de Jesús, en la que clama a Dios preguntando por qué lo ha abandonado. Pero vino, al finalizar sus palabras, la reconciliación. Un gran teólogo alemán decía que la gracias no es barata, el hombre es un ser para los demás.
Por cierto, en la referida fecha, el Martialay desarrolló la noción de abnegación.
Ilustración: Juan Gris, "Tablero de Ajedrez"
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