lunes, 8 de agosto de 2011

GRAVITACIONES


EL NACIONAL - Lunes 08 de Agosto de 2011 Escenas/2
El color negro
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ
Para Eloísa

Con el subtítulo de "historia de un color", las célebres Ediciones Du Seuil publicaron en el año 2008, acompañado de un profuso aparato de ilustraciones, el libro Negro de Michel Pastoureau. En mayo del año en curso, las Ediciones Points vuelven sobre este singular trabajo pero con una factura de bolsillo, económica y para el gran público (la frase hecha parece dar cuenta de un fenómeno no siempre seguro sobre su verdad).

Al abrigo de la historia cultural, una especialidad que la historiografía moderna ha explotado con no pocos beneficios, el célebre investigador se detiene (o se solaza) en recorrer la presencia y el significado de este color en la vida, costumbres, lengua, cotidianidad, arte, sociedad, política y pensamiento del hombre desde los tiempos bíblicos y hasta el presente. Símbolo poderoso de los malos augurios, no siempre su impronta resultó tenebrosa, fúnebre, infernal o negativa. Evolucionando desde sus propios avernos, el color negro renace, prospera y fertiliza como asidero de modernidad y como signo de enigmática elegancia.

La fertilidad de esta temática y la productividad de investigaciones de esta clase hacen posible explorar facetas (o hurgarlas) muy cruciales para la comprensión de los desarrollos humanos, las prácticas sociales, las comunidades espirituales y las claves iluminadoras de la cultura. El sumario resulta, aquí, generoso y sugestivo: el comienzo de lo negro (desde los orígenes al año mil), en la paleta del diablo (los siglos X al XIII), un color a la moda (los siglos XIV, XV y XVI), el nacimiento de un mundo en blanco y negro (los siglos XVI, XVII y XVIII), todos los colores en el negro (los siglos XVIII, XIX, XX y XXI). El detalle conduce la investigación a radas medulares que buscan vertebrar la historia del negro y su poderosa penetración en la fragua humana.

La tarea léxica gravita siempre en el ámbito de consideración del autor.

Está seguro de que es el aspecto que medula el modo de encarar todas las búsquedas y¸ más aún, el que abre la inteligente hermenéutica historiográfica sobre la que la obra descansa.

Las palabras para nombrar el color negro y lo negro serán uno de los motivos centrales del trabajo. En este sentido, el apartado titulado "de la paleta al léxico" resulta auspiciador.

En otra idea, la historia del negro representa la historia del blanco y la historia de todos los colores y ello marca el notable aporte de esta obra inmersa y extrañada, a la vez, de lo puramente artístico y domiciliada en la entraña de la cultura asociada a los colores (como, sin querer, cita el emblemático libro de John Gage: Color y cultura y, en general, el aparato de referencias bibliográficas es profuso y sofisticado).

Desconociendo si ha sido traducida al español, esta obra queda instalada como capital para la comprensión de cómo los hombres hacemos la vida (y de cómo también la vemos) con colores y gracias a ellos. El negro es en todo esto el indiscutido rey cromático y, a no dudarlo, el discutible paralelo por el que los hombres deben cruzar para alcanzar la gloria o para sumirse en las tinieblas más oscuras.

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