lunes, 15 de agosto de 2011
EL OTRO ARSENAL
EL NACIONAL - Sábado 13 de Agosto de 2011 Cultura/4
ANIVERSARIO Hace 75 años se enfrentaron 2 ideologías en el país europeo
Los años de la Guerra Civil española cambiaron la historia de la cultura
El conflicto armado que comenzó en 1936 inspiró a una generación de artistas e intelectuales
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ
Sólo la Revolución Rusa de 1917 tuvo una repercusión en las artes mundiales comparable a la que tuvo la Guerra Civil española, que comenzó hace 75 años y duró 3.
Cuando en la primavera del año 1936 los generales José Sanjurjo, Emilio Mola y Francisco Franco, secundados por la Iglesia Católica y los partidos de derecha, rechazaron los resultados de las elecciones que habían llevado al poder a una coalición republicana de grupos socialistas e iniciaron una rebelión militar, se establecieron los dos bandos que se enfrentarían durante los tres años subsiguientes: el nacional, integrado por los militares y la Falange (partido político español de extrema derecha), y el republicano, de los grupos izquierdistas. Pronto se internacionalizó el conflicto social, político y militar, que más tarde repercutiría en lo económico, pues a lo que ocurría en España se le considera, más que una lucha contra el fascismo, la defensa de un nuevo orden que, con la velocidad de la utopía, conseguía eco entre los progresistas europeos.
España vanguardista. Doblemente maniatado por la ideología religiosa y la censura militar del lado de los nacionales, el desarrollo artístico fue limitado, concentrándose en el realismo en la pintura conservadora. Sólo la novelística asociada a ese bando tuvo representantes destacados, como Ramón J. Sender y José Herrera Petere.
La gran revolución estética de proyección internacional se originó del lado republicano. Por eso una de las consignas más repetidas de esa época fue "guerra al invasor con un fusil en la mano y un libro en la otra".
Inspiradas por los hechos que hacían historia, las manifestaciones intelectuales y estéticas asociadas a los socialistas se convirtieron en la vanguardia que marcaría la cultura europea y estadounidense por los 30 años siguientes y que serviría de antecedente al desarrollo posterior del arte. Los pintores Joan Miró y Pablo Picasso, así como el poeta Federico García Lorca, se hicieron visibles para la vanguardia cultural de la época y su genialidad pronto los convirtió en intelectuales monumentales que, más allá de describir su época, crearon un mundo enteramente nuevo, uno en el que la retórica de la igualdad social era aprehensible.
Aunque el estilo artístico más propio de la lucha armada fue el cartelismo, en el que destacó Josep Renal, las artes plásticas españolas, como pasó también con la literatura, tuvieron un desarrollo inédito desde el Siglo de Oro. La Exposición Internacional de París de 1937 fue aprovechada por la vanguardia pictórica para exhibir en el pabellón de la República Española las privaciones y perversiones de la guerra. Se mostraron piezas dolorosas, como El segador de Miró, hecho de trazos atormentados y gestuales, y el Guernica de Picasso, que recrea la destrucción casi total del pueblo vasco homónimo luego de los bombardeos de las tropas alemanas asociadas a los falangistas. El artista se rehusó a que su pintura se exhibiera en España hasta la muerte de Franco, que ocurrió en 1975.
Gracias a las revoluciones de las letras que representaron en la cultura española las generaciones del 98 y del 27, la literatura republicana tuvo una proyección mundial. La poesía y el teatro fueron los géneros que más se desarrollaron. García Lorca, asesinado por los nacionalistas en agosto 1936, fue uno de los poetas icónicos más influenciados por el conflicto bélico. Otros fueron León Felipe, Antonio Machado y Miguel Hernández, que fue capturado por la fuerza fascista y abandonado en una celda, donde murió.
Lucha ideológica. En la Guerra Civil española se enfrentaron dos modelos opuestos, y el triunfo de uno aniquilaría al otro. Por eso, la victoria de Franco, tras la cruenta derrota de los republicanos, presagió la sangrienta matanza de la Segunda Guerra Mundial.
Las Brigadas Internacionales que se radicaron en España desde 1936 se formaron con voluntarios franceses, alemanes, italianos, británicos y estadounidenses que lucharon contra los fascistas. En sus filas se encontraban muchos artistas y escritores.
Entre ellos destacaron dos autores anglosajones. El primero fue el periodista inglés George Orwell, que antes de hacerse famoso por sus dos únicas novelas, 1984 (1949) y Rebelión en la granja (1945), escribió la crónica Homenaje a Cataluña (1938), una obra punzante y sentida sobre su participación como miliciano en el Partido Obrero de Unificación Marxista.
El otro escritor que llevó el testimonio del conflicto armado en España al corazón de la tradición vanguardista fue el estadounidense Ernest Hemingway, que asistió como corresponsal a la guerra en el país europeo y más tarde publicó la novela Por quien doblan las campanas (1940), que cuenta la historia ficticia de un profesor de español oriundo de Montana que lucha del lado de los republicanos como especialista en explosivos.
El título del libro se inspiró en el texto de John Donne "Meditación XVII", que forma parte de sus Devociones, publicadas en 1624. El fragmento, que Hemingway incorporó como prefacio de la novela, puede resumir la lección que los duros años de la Guerra Civil española y de cualquier guerra dieron al mundo: "Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra (...) La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti".
Fotografía: Robert Capa. Tomada del blog de Paloma Abanzas, quien refiere: "Entre 1932 y 1936, tratando de escapar del nazismo, Ernest Friedmann, viviendo en Francia, conoce a la fotógrafa alemana Gerda Taro, que acabaría siendo su novia. Para tratar de aumentar la cotización de los trabajos de la pareja a menudo rechazados, se inventan el nombre de un supuesto fotógrafo norteamericano Robert Capa, utilizado ambos indistintamente dicho seudónimo. Este hecho constituye la base de la polémica sobre quién de los dos tomó en realidad algunas de sus fotografías más relevantes.
Al estallar la Guerra Civil Española en julio de 1936, Capa se traslada a España con su novia para cubrir los principales acontecimientos de la contienda española. Implicado en la lucha antifascista y con la causa de la República estuvo presente, desde ese lado, en los principales frentes de combate, desde los inicios en el frente de Madrid, hasta la retirada final en Cataluña. Publicado por Paloma Abanzas en 19:42"
(http://ksenges.files.wordpress.com/2010/12/robert-capa-zx9pvo1.jpg)
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