lunes, 1 de agosto de 2011

DESTEÑIDURA


Teoría del color
Luis Barragán


El colmo de la manipulación descarada, ahora Chávez Frías sospecha y desconfía del color rojo como también lo hace de la consabida consigna de la muerte. Impone sus vicisitudes y angustias personales, dándole un giro a la inmensa maquinaria publicitaria del Estado.

El color se hizo no sólo credencial inequívoca de los colaboradores cercanos, sino de todos los empleados públicos que temieron por su quincena en doce estridentes años, incluyendo a los sempiternos buscadores de favores. La modesta taquillera o el rudo taladrador de la calle, debieron sudar el teñido atuendo pagado por el Estado, siéndoles imposible competir con el ministro, diputado, director o jefe de división exponente de una costosa prenda de alta o mediana confección.

Inevitable, una vertiente habla del miedo psicológico a un color que simplemente impuso, sin admitir burla alguna como hoy lo hace respecto al ropaje íntimo de la audiencia que duda de su orientación sexual. Nunca antes, un mandatario traspasó las fronteras del irrespeto hacia los suyos como Chávez Frías, reconociendo cuán lejos llegaron los payasos al culto de su personalidad.

La otra vertiente, convierte el miedo en un calculado deslizamiento hacia el discurso político del centro, como hizo con los incautos a mediados de 1998. Sabe que el propio término “socialismo” inspira rechazo por todo lo que se ha (des) obrado en más de una década, rogándole a Dios mientras descarga el mazo de una ley de costos y precios supuestamente justos con las conocidas consecuencias.

La sola expectativa de un barril a 200 dólares que pudiera salvar a última hora el modelo en curso, provoca el vértigo de todo un gobierno que literalmente hace todas las “lagartijas” y otros ejercicios físicos que ordene el comandante-presidente para mitigar la zozobra y darle alcance a la divisa. En cualquier momento, alguien tendrá que (a) pagar la luz.

Por entonces de veinticinco años de edad, el artista plástico Pancho Quilici le confesaba a María Elena Ramos los problemas que confrontaba con el color, aunque sus obras de evasión – requiriéndolo - concluían en un “dibujo coloreado” (“Diálogos con el arte. Entrevistas 1976-2007”, Equinoccio, Caracas, 2007). Probablemente, el actual régimen sufre ya de las evasiones de su inconfundible líder existencial y a la decoloración podrá seguir el desdibujamiento, pero no se trata de hacer impecable el optimismo: por lo pronto, vale constatar que una cosa dice un día y otra al siguiente, y los antiguos payasos de la franela y la guayabera que quizá – por inseguros – no abandonen, proseguirán el libreto de la sumisión desvegonzada.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2011/08/teoria-del-color/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=790731

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