Luis Barragán
Coincidimos un número ya significativo de independientes y adscritos a distintos partidos, en el impulso del debate y de las tareas concretas que tiendan a reivindicar la misión parlamentaria en la difícil Venezuela de hoy. Hay una extensa agenda que requiere de una más firme y sostenida iniciativa, estimulando la participación de los distintos sectores que deseen aportarla desde sus específicos ámbitos y condiciones.
Tamaña coincidencia de ideas y acciones, principalmente motorizada por María Corina Machado, habla de la indispensable sensatez del trabajo político opositor. Diputados de inspiración liberal, socialdemócrata, socialcristiana y radical, entre otros matices sustanciales, sencillamente coincidimos en una perspectiva y en un esfuerzo que es el del sentido común para combatir el proyecto totalitario que día a día adquiere una angustiosa hondura, condenando al pueblo venezolano a la inmerecida premodernidad política y a la precariedad económica que socialmente lo haga dependiente del Estado monopolizado por los escasos privilegiados de década y media.
El Proyecto de Ley Orgánica de Cultura, la tragedia de Amuay, el Esequibo, la galopante corrupción gubernamental, el colapso eléctrico, la doble nacionalidad de Maduro o el desastre de las empresas básicas de Guayana, entre otros problemas que el PSUV no se atreve a debatir en la cámara, ha llevado a La Movida Parlamentaria a distintos lugares del país, aunque el riesgo personal sea característica esencial de cada evento. En el propio hemiciclo hemos dado la pelea, varias veces literalmente entendida por la constante agresión verbal y física de un oficialismo al que los parlamentarios democráticos no tememos.
Concitada la participación, muchas de nuestras propuestas cuentan con el apoyo, el esfuerzo y el empuje de los expertos dispuestos a contribuir con sendos informes, fruto de la investigación y actualización de criterios que sirven de soporte para nuestras discusiones e – importante – sustentar las denuncias que hemos consignado en la Fiscalía General de la República y en la Asamblea Nacional. Recorremos en la medida de lo posible el país, yendo a los escenarios más complejos con o sin prensa, la casi treintena de los diputados de la oposición que procuramos cumplir con el mandato electoral que se nos dio.
A Dios rogando y con el mazo dando, apoyamos los candidatos unitarios de la oposición a las alcaldías y concejalías, con nuestros modestos afanes. La nuestra, es una labor comprometida con una futura transición democrática que, hoy, la debemos construir pacientemente a sabiendas que los sueños se realizan a punta de realidades: nos movilizamos intensamente, más allá de la curul que se nos ha confiado.
El camino hacia una transición democrática no puede abrirse renunciando a los espacios conquistados, quejumbrosos ante las circunstancias frente a las cuales decimos enfrentarnos a la espera que sea
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Fotografía: Consignación de escrito por ante el TSJ, 11/13.
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