De la amarga frontera
Luis Barragán
Recientemente, estuvimos acompañando a los candidatos a alcaldes de Ureña y San Antonio del Táchira, Alejandro “Tato” García y Simón Vargas, incluyendo a los aspirantes a las concejalías por la plataforma unitaria, en distintas actividades propias de toda campaña electoral. Varios integrantes de La Movida Parlamentaria, compartimos tareas de recorrido, volanteo y diálogo, enterándonos del íntimo problemario de la frontera.
Amarga frontera, pues, a pesar de la vecindad con la hermana Colombia, los venezolanos sufrimos todas las consecuencias de la crisis económica y cambiaria agravadísima en los últimos meses, desabastecidos y humillados por la corrupción. En el resto del país, por ese imaginario social que inexplicablemente ha sobrevivido, se supone que los productos básicos están a la mano en los repletísimos anaqueles de Cúcuta, pero – estando ahí mismo – la escasez se agudiza aún para quien intenta ahorrar y comprar, pues, se dice, cuando Chávez Frías llegó al poder, daban diez pesos por un bolívar viejo y, ahora, hay que dar 47 mil bolívares por un peso.
En el caso del ahorrativo venezolano que logra un par de kilos de harina precocida y un paquete de papel sanitario, corre el riesgo del inmediato decomiso que ha involucrado al propio gobernador Vielma Mora, uniformado para la ocasión. Mientras campea el gran contrabando, convertida la amargura en un espléndido negocio de pocos, sumadas las autoridades civiles y militares, el pueblo es perseguido por intentar los insumos más básicos, víctima de la matraca.
Arribar al Táchira, significa familiarizarse inmediatamente con las inmensas e indecibles colas en las bombas de gasolina del país petrolero que somos, pero en la zona fronteriza la situación se multiplica hasta pisar el drama. Y, como si no bastaran las guerrillas, el narcotráfico, los paramilitares, la escasez, la precariedad de los servicios públicos, los apagones, el desabastecimiento, etc., el régimen persigue a opositores, adversarios y disidentes que osen denunciar apenas la situación.
Curiosamente, la prensa escrita no llega con regularidad a Ureña y San Antonio, aislándolos como si no fuesen parte – incluso – de la civilización occidental. Podrá alegarse que lo solventa, aunque la brecha digital también avisa que la nueva centuria no llega a ese rincón de la Venezuela distante de la interconectividad deseada.
Los diputados María Corina Machado, Walter Máquez, Leomagno Flores, Homero Ruíz, Williams Dávila Abelardo Díaz, Norman Labrador y el suscrito, realizamos un mítin relámpago a un paso del Puente Internacional que conduce a la ciudad de Cúcuta, donde vibró la denuncia de los pueblos de la frontera venezolana. Y, como hemos dicho, cumplimos cabalmente con nuestras responsabilidades parlamentarias, pero abandonamos la calle: A Dios rogando y con el mazo dando.
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/17198-de-la-amarga-frontera
Fotografía: Mítin relámpago a un paso del Puente Internacional que da a Cúcuta.
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