PARLO-NAVEGACIÓN

PSUV y Fuerza Armada
Luis Barragán

La institución castrense está llamada a servir a toda la Nación, aunque insista el PSUV – confundido con el Estado – en doblegarla y servirse de ella.   La delicada misión constitucional que debe cumplir aquélla, no se compadece con la conducta que evidencia éste, cuya reducida visión e intereses no ha de privar frente al resto del país.

Recientemente, tuvimos ocasión de comprobar cuán lejos llega la manipulación del partido de gobierno, aún tratándose de un modesto trámite burocrático, pues el parlamento consideró la solicitud del crédito adicional a favor del ministerio de la Defensa por más de cuatro millones de bolívares actuales,  destinado a la dotación de textiles, prendas de vestir y calzados para el Buque Escuela “Simón Bolívar”.  Catalogada de “importante actividad operacional de alistamiento y diplomacia naval”,  referido por el solicitante,  está pendiente la regata “Velas Latinoamericanas 2014”.

En nombre de la bancada democrática de la oposición, argumentamos la aprobación de la solicitud en cuestión, pero fue demasiado obvia la necesidad de hacer las observaciones del caso. Téngase en cuesta que,  comenzada la sesión vespertina de la Asamblea Nacional, demoró en llegar el soporte de las solicitudes que apenas la Comisión Permanente de Finanzas había aprobado en la vecindad del mediodía del martes, por lo que la rápida constatación de la información la hicimos a través del teléfono celular ya que solemos desconfiar de la laptop de la cámara.

La invitación para participar en la regata es de 2012, formulada por la Armada de Argentina y aceptada por la de Venezuela, a realizarse entre enero  y julio de 2014 (http://www.armada.mil.ve/portal/index.php/bitacoras/96-ultima-hora/349-regata-velas-latinoamerica-llegara-a-venezuela-en-el-2014).  A pesar de las fechas y circunstancias,  el ministerio planificador debió tomar en cuenta el evento, incluyéndolo en el ejercicio fiscal de 2013 y, aún en el supuesto de que fuese una actividad de insegura realización, como no lo ha sido en la programación educativa de los cadetes y oficiales de planta,  la dotación se imponía porque “los uniformes que disponen actualmente presentan un desgaste y deterioro por su alto uso y rotación”,  de acuerdo al  informe de la aludida Comisión.

Ahora bien, parecerá una tontería reiterar nuestra preocupación, porque otras solicitudes fueron de un más grave calibre y monto varias veces superior,  pero – enunciemos – existe un normal  y predecible desarrollo de las actividades educativas en el ámbito militar que no debe esperar a la tardía e improvisada aprobación parlamentaria,  ni al encarecimiento inocultable del costo de la vida para las adquisiciones, por no citar que éstas hubiesen  contribuido oportunamente a evitar un poco el deterioro y la crisis de los textileros venezolanos, a juzgar por el testimonio que recibimos del gremio en la zona fronteriza del Táchira, mes y tanto atrás.  Por lo demás,  nos preguntamos si habrá tiempo para las licitaciones correspondientes, aprobada la solicitud a mediados de noviembre de 2013 para una actividad a iniciarse en enero de 2014, excepto haya una normativa que permita acelerar las adquisiciones tan velozmente como se acostumbra con el planteamiento y la  aprobación de créditos tan apresurados.

Entonces, ¿qué ocurre? Como en otros renglones, los diputados del PSUV responden a las lagunas – ésta vez – planificadas en el ejercicio presupuestario para mantener en ascuas hasta última hora a los beneficiarios de los recursos, cualesquiera sean sus necesidades.  Por una parte, mantienen una cierta tensión prebendaría, pues la aprobación parlamentaria se convierte en un acto de graciosa concesión que condiciona y sujeta a los destinatarios; y, por otra, la sola defensa y aprobación de la solicitud del crédito, reivindica a la bancada oficialista frente al cuestionamiento, las dudas o la negación esgrimida  por la feroz bancada opositora.

El componente civil del PSUV está consciente de la maniobra, enganchado del componente militar que lo conforman los oficiales y suboficiales ya  retirados, como algunos díscolos que todavía activan en la corporación castrense.  Por supuesto, no hay espacio para una libérrima discusión partidista sobre las tácticas cumplidas en el seno del Estado del que se cree dueño.

http://www.noticierodigital.com/2013/11/psuv-y-fuerza-armada/
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