NOTITARDE, Valencia, 17 de noviembre de 2013
"Caminando con Cristo"
"Signos que nos señalan el futuro"
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El próximo domingo celebraremos la solemnidad de Cristo Rey del Universo, con la cual termina el año litúrgico. Por esto, las lecturas de estos últimos domingos, como el caso del evangelio de hoy, nos hablan en ese tono "escatológico" que tiene que ver con el fin del mundo. De hecho, la escatología, que es una palabra de origen griego, significa el tratado de las cosas últimas; pero la escatología cristiana no se reduce ni coincide exactamente con lo último cronológicamente, porque tiene dos dimensiones: la futura y la presente. Es decir, el futuro para un cristiano ya ha comenzado porque se da una iniciación del juicio final en el momento presente, inaugurado en la primera venida de Jesús al mundo, con la cual inauguró el Reino de Dios en la tierra. Esta es la dimensión del presente, sin embargo, al final de los tiempos, con la segunda venida de Nuestro Señor, Jesucristo, se dará la culminación de lo que ya se ha iniciado en el presente. Por tanto, la última hora de Dios ya está iniciada en Jesús de Nazaret, aunque no consumada todavía. Después de la primera venida de Cristo hay un lapso de tiempo, que sólo Dios conoce, hasta su segunda venida, con lo cual llegará el fin del mundo.
Mientras se espera el retorno de Cristo, habrán señales que hablen de la llegada del fin, aunque éste no sea inmediato, como lo dice el evangelio de hoy; antes les tocará a los cristianos dar testimonio, serán perseguidos y calumniados a causa del nombre de Cristo y su evangelio, pero la clave para conquistar la vida futura será la paciencia en la adversidad y la perseverancia en la fe, la esperanza y sobre todo el amor. Quien vive así en medio de las dificultades del presente, tendrá gozo y paz en esta vida y luego conquistará la vida futura que tendrá su plenitud en Cristo, Jesús. Lo dice Jesús hoy: "Con su perseverancia salvarán sus almas".
El lenguaje escatológico o apocalíptico, como también se le puede señalar, es un género literario bíblico, presente y frecuente tanto en el Antiguo Testamento (Libros de Ezequiel, Isaías, Daniel) como en el Nuevo Testamento (Apocalipsis). Con este lenguaje, no hay que dar valor literal a cada detalle y fenómeno cósmico que se pueda describir. La expresión terrorífica y tremendista, que es propia de este género, es un lenguaje simbólico que busca resaltar una idea fundamental: el mundo no es eterno, tendrá fin junto con la humanidad a la cual Dios le ofrece la salvación y una vida después de esta vida.
Los cristianos católicos, creemos en la segunda venida del Señor al final de los tiempos, como lo confesamos en el credo dominical y en las palabras que decimos después de la Consagración del pan y del vino: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor, Jesús". Su llegada, no debe ser causa de terror y angustia para nosotros, sino esperanza de liberación total y salvación eterna.
Hay una cosa muy interesante que resalta en la escatología o a través del lenguaje apocalíptico que es realizar una síntesis del pasado y el futuro en el momento presente. Es decir, el cristiano no puede vivir el pasado como una nostalgia de algo que no posee en el presente, no puede anclarse o quedarse en situaciones ya vividas o sucedidas, pero tampoco puede caer en el futurismo alienante o esclavizante que le haga perder de vista el valor del presente, viviendo ausentes del mundo y ajenos a los problemas del momento, ausentes de la realidad actual que tiene un valor real. Por eso, la escatología nos recuerda que lo único que tenemos, por el momento, es el presente; un presente donde se actualizan las promesas de Dios (es el memorial) y que abre al futuro con la esperanza firme que el Reino de Dios ya ha comenzado y que lo que hagamos hoy contribuirá a alcanzar la vida eterna. Dios camina junto al hombre, es más está dentro de su vida cuando el hombre abre su corazón a su amor y le entrega toda su historia, su pasado, su hoy y lo que vivirá mañana. Quien cree en Dios y le cree a Dios sabe que nunca quedará defraudado o abandonado en sus necesidades, sus anhelos y sus esperanzas, Dios siempre se mostrará providente y nos sostendrá en la lucha de cada día.
IDA Y RETORNO: Hemos celebrado con gozo la solemnidad de la Madre de Dios, bajo la advocación de la Virgen del Socorro de Valencia, patrona de la Arquidiócesis y de Nuestro Seminario. Tanto en Catedral, en varias parroquias, en el Forum de Valencia, como en el José Bernardo Pérez se le ha rendido tributo a aquella que es la mujer fiel, la mujer valiente que dio un sí generoso a Dios y por la cual nos vino la luz del mundo que es Cristo.
El próximo 24 de noviembre tendremos en el Seminario un domingo familiar, para recaudar fondos a beneficio de nuestra Casa de Formación. Contaremos con la presencia de algunos jugadores de nuestro gran equipo Navegantes del Magallanes. Entradas a la venta en las parroquias y el Seminario.
Pjoel_15895@hotmail.com
Ilustración: Ad Reinhardt
Cfr. http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas
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