Hubo una incontestable evolución política y administrativa de las tareas parlamentarias que sorprenería a quienes, ahora, dicen inventar el agua tibia. Algún día, esperamos, escribir al respecto, pues, luego de 1958, las bancadas se organizaron, instituyeron y consolidaron para una más eficaz y compartida labor. Es el caso de los senadores y diputados socialcristianos que, aún en las vecindades del cierre del Congreso de la República, procuraban la coherencia de principios y posturas.
Muy bien lo ilustra el acta que ofrecemos, una fracción parlamentaria que contaba con un directorio, incluyendo la secretaría. Y diferentes jornadas de intercambio de información y pareceres que, además, se hacían sentir en una dirección partidista también presta al debate.
LB
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