domingo, 27 de enero de 2013

CERRADURA

De la praxis parlamentaria
Luis Barragán


De escaso interés general, indiferentes los medios en contrastante con la atención dispensada en el pasado que se hace cada vez más remoto, la práctica parlamentaria ha experimentado un retroceso que – en buena medida – se debe al oficialismo, y – en la restante – a la oposición. Las pocas sesiones plenarias de la Asamblea Nacional y las que prácticamente no se realizan en las comisiones permanentes, huérfanas de sendas comisiones especiales que actualicen las labores, apenas constituyen el detalle de un esfuerzo que la convierte en una sucursal del único partido de gobierno y sus organizaciones secundarias.

Quizá no haya sesión plenaria en la que los créditos adicionales no abunden, por más que se les pida planificar o presupuestar; los hinche el desplante y la descalificación personal, en lugar de parlamentar;  amenacen con habilitar, mas no legislar; y bloqueen la más modesta investigación, temerosos de una espiral de evidencias que puedan arrastrarlos. Una movilización puntual y selectiva de sus partidarios, frecuentemente refuerza las barras para complementar algún espectáculo de específico interés político, cuyo momento estelar fue el de la elección y juramentación de la junta directiva con cadena radiotelevisiva nacional y demás.

El Orden del Día, el que también convendría acordar con la oposición para una mayor precisión y eficacia de las labores, depende enteramente del PSUV.  Sesionando una vez a la semana, cuando la tradición de décadas fue de dos, apenas 24 horas antes informan de una lista interminable de créditos adicionales, cuyos detalles únicamente se sabrán cuando – horas antes – los apruebe la Comisión de Finanzas, rechazando así una consideración y un estudio pormenorizado de la materia.

Persiguen frecuentemente sorprender a los diputados de la oposición con proyectos de acuerdo que, además, incluyen el apersonamiento de los beneficiarios u homenajeados que resultan de un confidencial esfuerzo logístico realizado. Más de las veces, teniendo por único equipaje la propia formación académica y el directo involucramiento en las realidades colectivas, los opositores responden frente a quienes, largamente avisados, están prevenidos y preparados y, sin embargo…

Hace poco, llevaron el proyecto de Ley de Infogobierno para su segunda discusión, decidiendo el lógico levantamiento de la sanción  impuesta en la primera discusión por 2007. El caso está en la inclusión caprichosa de una materia, quizá  ordenada desde Miraflores, que no pasó por la comisión de Ciencia y Tecnología, sino que – yendo por encima de su presidente, diputado opositor – convirtió en vocero a su vicepresidente – diputado oficialista – alegando, por cierto, una desactualización del articulado aprobado seis años atrás que, al parecer, nos permitimos especular, desaconsejan toda rigidez normativa en un ámbito de constantes innovaciones.

Imponen un proyecto relacionado con la venta de automóviles, necesario por las innumerables estafas que ocasiona, pero olvidan que es el propio gobierno el que no ha gobernado.  Y es que, con una exagerada reglamentación, no pueden ocultar nunca la incompetencia, dejadez, omisión y complicidad galopante: no investigan ni castigan el delito, corriendo la arruga de sus incapacidades con leyes que, después, requerirán de otras para ocultarlas.

Francamente, no sabemos cuándo hay o rompen el  quórum, dependiendo enteramente del dicho de secretaría por displicencia de la oposición. Valga una doble protesta: por una parte, rechazamos y condenamos la agresión de la que fue objeto en las instalaciones legislativas Julio Borges, pero también nos irrita que no haya cumplido con la formalidad de firmar la asistencia, estando evidente, pública y notoriamente incorporado, mientras que su suplente hizo el ridículo al intervenir en la cámara.

Fuente: http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/13867-de-la-praxis-parlamentaria

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