CIUDAD CARACAS, 29 de Enero de 2013
Escatología y apuestas de la derecha venezolana
NELSON GUZMÁN
Las apuestas de la derecha venezolana evocan lo escatológico, se pretende liquidar a Hugo Chávez de un solo trompicón, como no pueden acuden al discurso melindroso, altisonante, o simplemente invocan a la parca que se avecina. La muerte debe fagocitarlo para así liberar a los venezolanos de este diablillo de la noche. A continuación en una suerte de culebrón televisivo asoman la idea de que Nicolás Maduro y Diosdado Cabello han desobedecido lo establecido por el Presidente en su pretendido testamento sucesoral. Este es un momento esencial, la oposición echa mano a la metafísica para apurar sus locuras, sus fatuidades son extremas, han habilitado a un tal doctor Marquina, más cercano a Alain Kardec que a la ciencia.
Cuando se trata de la muerte y del sitio en el cual deben refugiarse los muertos los venezolanos temen, sin duda, tropezarse en el infierno con Leopoldo López, con Henrique Capriles Radonski, con Ramos Allup y con muchos prohombres de la política nacional. En Venezuela la derecha y la ultraderecha no terminan de ponerse de acuerdo sobre su ideal de país democrático. El ideario neoliberal de los lechuguinos de Primero Justicia no visualiza por ningún lado construir una Venezuela de la inclusión y de iguales oportunidades. Las costuras se les ven claras cuando reniegan de la historia, de su enseñanza y de la construcción de un mundo que reivindique nuestras epopeyas históricas del siglo XIX.
La escuela, la medicina, los deportes, las calles, todo absolutamente debe ser privatizado. Para estos señores los gobiernos no deben tener una vocación hacia lo popular. Al pueblo venezolano se le ha tratado de confundir diciendo que la asistencia médica que prestan los cubanos en Venezuela es pirata. Se ha insistido en una pertinaz campaña de descrédito que las universidades creadas en estos años por el presidente de la República no tienen nivel académico. Se vive del miedo, se siembra el terror y la desconfianza. Los canales televisivos y la prensa escrita siembran la duda en el pueblo diciéndole que sus casas no han sido construidas con materiales de primera calidad. En toda esta fanfarria de mentiras ha jugado un papel de primer orden el poder mediático.
Sin embargo los condenados de la tierra, los hombres que vienen sintiendo la flagelación en sus pieles desde el siglo XIX han terminado por comprender la argucia de las razones de sus enemigos. Se apuesta permanentemente al fracaso que emprenden las empresas del Gobierno, pero los hombres han comenzado a vencer el miedo y les es difícil asimilar las patrañas de la derecha. Las misiones han comenzado a dar sus frutos. Es necesario seguir formando galenos con aprendizaje humanista, asistidos por el ideal ético de la buena vida que debemos tener todos los que habitamos en el planeta. El hoy para los venezolanos está expresado en una gran cruzada: colectivizar los beneficios de la educación y de la ciencia.
La thanática oposición en su convulsión irresistible juega a calentar la calle. No están de acuerdo con el argumento del Tribunal Supremo de Justicia cuando expresó que no hay vacío de poder, pues el presidente Chávez está de permiso médico. Los petimetres de Primero Justicia tratan de llenar las calles del país de violencia. Esta oposición golpista esgrime de nuevo las banderas del fanatismo y del incendio. Recordemos el año 2007 cuando los estudiantes manitos blancas intentaron quemar en la Escuela de Trabajo Social de la UCV a todos aquellos que no comulgaran con sus credos políticos.
Los líderes de la derecha entienden la democracia como un traje a la medida. Las universidades deben servir a un ideario universalista que recurra al capitalismo monopólico. La crisis del capitalismo europeo y norteamericano pareciera no decirles nada. La actitud del Estado de Israel contra los palestinos la consideran normal. El capitalismo mundial y los grandes bastiones imperiales armados resuelven las diferencias a bombazo limpio.
El peor camino que se puede construir en América Latina es el del miedo. La diplomacia hay que hacerla con firmeza y con claridad. Venezuela es un Estado independiente y soberano que aspira a un desarrollo sustentable y humanístico que haga posible la construcción de una nación equilibrada y desarrollada. El lenguaje del fascismo invoca la muerte de Fidel Castro, de Chávez. Esta derecha no se ha dado cuenta del profundo cambio de la Fuerzas Armada. Los peligros para el Socialismo del siglo XXI siempre han sido inminentes, se azuza permanentemente la discordia hacia Venezuela en los tribunales internacionales. La semántica de la derecha habla de presos políticos y no de políticos presos. La disociación de los representantes del neoliberalismo es flagrante. Se instiga a los venezolanos que están en los refugios a la descreencia, se les dice que el Gobierno no les dará la vivienda prometida. La derecha venezolana juega a la catástrofe, en una borrachera de inquina y de odios ha quedado atrapada.
Lamentablemente para ellos la realidad es mucho más rica que las ideas. La misión vivienda ha empezado a cumplir las metas que se ha propuesto. La deuda histórica con los pobres el Gobierno ha comenzado a saldarla. Los medios privados a pesar de las regulaciones continúan distorsionando la verdad. La alharaca histórica de la derecha y la ultraderecha sigue sosteniendo que no viven en un Estado de derecho, sino en un régimen de abuso.
Se ficciona que hay un vacío de poder, se olvida que una revolución es el concurso de un colectivo que lucha por fundar un mejor país. La tragedia de la oposición es pensar que el 23 de enero les pertenece como bandera, creen vivir en una dictadura y marcharán con un blasón prestado, pues el 23 de enero representa la lucha de un pueblo que se puso de pie frente a un régimen de terror y de oprobio como el de Marcos Pérez Jiménez. La dictadura pérez jimenista violó los derechos humanos durante ocho años. En aquel enero de 1958 el pueblo salió a la calle porque se le tornaba imposible vivir en una sociedad donde se exterminaban con la metralleta las diferencias ideológicas. En el gobierno de Hugo Chávez Frías no hay presos políticos, sino connotados cabecillas de la derecha que pagan condena por violadores de la Constitución Nacional y el Estado de derecho.
No hay que olvidar nunca a los asesinados del llagunazo, 19 venezolanos fueron víctimas de la osadía golpista de los adalides de la democracia cuarta republicana. No se puede olvidar tampoco el asalto del cual fue víctima la embajada cubana y el pago de francotiradores que hizo esa derecha macabra y carroñera, que obedeciendo a la agenda del Pentágono sembró de cadáveres a Venezuela. Chávez es el Presidente de los venezolanos por encima del leguleyismo de unos políticos reconocidos por el pueblo venezolano por su deslealtad a la Constitución y a las leyes. Chávez ha sido elegido por cuarta vez por un pueblo que lo ha ratificado sucesivamente. El pueblo sabe plenamente quiénes son sus amigos y sus enemigos. El golpismo ha sido una constante, la embajada norteamericana ha jugado un papel cardinal. Desde el Norte se atiza la insurrección, la desobediencia. Esta cultura tiene sus sostenedores mediáticos en una canalla anticastrista y antichavista que creen que la única manera de salir del Presidente es mediante la muerte. La doble moral de la conferencia episcopal venezolana es más que evidente. Chávez es considerado por esa elite antidemocrática como un forajido.
Carmona Estanga y un puñado de militares golpistas disolvieron los poderes públicos y la Asamblea Nacional. Los prohombres de la democracia violando las instancias de la deliberación empujaron a una masa humana hacia el sitio donde estaban apostados los francotiradores de Puente Llaguno. El ministro para la época, Rodríguez Chacín, fue asediado, hecho preso y expuesto a la muerte por Leopoldo López y Enrique Capriles. Rodríguez Chacín fue expuesto al linchamiento público.
No se puede continuar invocando la democracia cuando se tiene el garrote en la mano. Los altos dignatarios de la iglesia fueron cómplices de esta acción mendaz e inusitada contra nuestro país. La conferencia episcopal ha seguido teniendo lealtad con aquellos que nunca han reconocido a Chávez. Es necesario recalcar que Chávez, por encima de las circunstancias que han mediado su salud, continúa siendo el Presidente legítimo de todos los venezolanos.
Ilustraciones: Etten Carvallo (Ciudad Caracas) y Rayma (El Universal), Caracas, 29/01/13.
Mala cosa contar la historia desde un punto de vista único.
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