NOTITARDE, Valencia, 27 de Enero de 2013
"Hoy se cumple esta escritura" (Lc. 1,1-4; 4,14-21)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El evangelio de hoy tiene dos partes: La primera nos presenta al evangelista Lucas escribiendo a un personaje llamado Teófilo, a quien le va a exponer e informar de todo lo que él recibió, investigó y recogió de los testigos que estuvieron con Jesús o entorno a Él. Lucas le expresa y quiere enseñar a éste personaje, que quizás era un alto funcionario de su tiempo, todo aquello que él mismo había vivido y recibido de los que desde el principio tuvieron el encargo de predicar la Buena Noticia (Apóstoles y discípulos de Jesús). Esto habla claramente de una Tradición oral, de verdades que se han ido transmitiendo acerca de Jesús, de sus palabras, de sus milagros, de su personalidad arrolladora, de sus enseñanzas hechas con autoridad moral, de su presentarse como verdadero Dios y Hombre, de su actitud para con los pobres, enfermos, pecadores, niños y mujeres de su tiempo, su estilo particular e irrepetible que rompe todo paradigma de su época y que tuvo de testigos a los apóstoles y los que decidieron seguirle, porque creían en Él. Lucas, ahora viene a poner por escrito todo aquello que él mismo ha vivido como cristiano y que a su vez recibió y se le transmitió como evangelio. De hecho, debemos recordar, que los evangelios fueron escritos 30, 40, 50 años después del acontecimiento Pascual para transmitir la experiencia de fe de las primeras comunidades cristianas y de aquellos que fueron testigos oculares de lo que Jesús realizó en su vida terrena. Esto deja ver claramente también, que dentro de la Escritura hay Tradición oral recogida, recibida, transmitida, conservada como una verdad de fe que no puede ser cambiada ni manipulada, ni sacada de contexto con la actitud maquiavélica de ganar adeptos, sino que hay que entender y comprender de la forma como fue enseñada desde el principio; de lo que la mayoría de los testigos oculares dan razón de veracidad y sobre todo lo que han creído y celebrado. Decir Tradición; es decir aquello que los cristianos han creído como verdad de fe desde los orígenes de la Iglesia, lo que han celebrado y sobre todo puesto por escrito, tal como lo hace Lucas, los demás evangelistas y todos los autores del Nuevo Testamento. Escritura y Tradición van de la mano y lo deja ver claramente la primera parte del evangelio de hoy.
La segunda parte del evangelio nos presenta a Jesús en la sinagoga de su tierra natal, atestiguando que la lectura de Isaías que acababa de leer (Is. 61, 1-ss) se cumplía en Él; es decir, que aquella profecía mesiánica contenida en el libro de Isaías que describía los tiempos mesiánicos de la forma como lo lee Jesús de Nazaret en la sinagoga, se cumplen en su persona; por eso Jesús con toda autoridad dice: "Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír". Es decir, en mi persona ha llegado el Reino de Dios, yo soy el Mesías y Salvador de la humanidad, yo he venido para liberar al ser humano de la esclavitud del mal, de lo que lo destruye y mantiene esclavo. Es la autorevelación de Jesús en la sinagoga de su pueblo natal; es un "hoy" cargado de esperanza, que no sólo significó aquel momento puntual de la sinagoga judía, sino es un "hoy" eterno, que significa que quien se acerca a la persona de Cristo, muerto y resucitado, Dios y Hombre verdadero, encuentra vida plena, felicidad, fe, esperanza, amor y vida eterna; quien se acerca a Dios, manifestado en Cristo Jesús, encuentra el sentido de su existencia, lo que transforma la vida de cada persona, lo que lo lleva a alcanzar sus altos ideales, porque Dios es plenitud, es paz, amigo, compañero de camino y meta a la que necesitamos llegar.
El rostro de Dios se nos ha revelado en Cristo, a través de sus palabras, de su forma de pensar, de sus sentimientos y sus actuaciones, podemos palpar el rostro del Dios Único y Verdadero, del Dios amor que quiere que cada ser humano encuentre la felicidad y salvación. Dios ha venido a ayudar al hombre a salir de sus miserias y encontrar el camino que lo lleva a su plenitud; Dios en persona ha venido a liberar integralmente al ser humano. Abramos nuestro corazón a Cristo y reconozcamos que Él es nuestro Señor y Salvador. Que cuando tenemos a Dios en nuestra vida, todo es posible para el que cree.
Ida y retorno
Me preguntan: ¿Los cristianos católicos oran o rezan? Las dos cosas. Rezar es recitar oraciones ya establecidas, escritas o compuestas hace mucho tiempo; una forma clásica y muy cristiana es rezar con los salmos, por ejemplo; rezar el padrenuestro o credo, etc. Son rezos que expresan fe y contienen elementos de fe, lo que se cree y vive. Orar es ya un diálogo más íntimo, personal, libre, espontáneo que cada cristiano católico hace en silencio o a viva voz; dando gracias, pidiendo perdón, suplicando por una necesidad, alabando a Dios. Así que sí rezamos y si oramos en todo tiempo y de manera especial en la santa misa: Encuentro con Cristo.
Fotografía: Rafael Barrios, “Malabarismo Lineal" (2011).
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