miércoles, 15 de agosto de 2012

NECESARIO DICCIONARIO

EL NACIONAL - Miércoles 15 de Agosto de 2012     Opinión/9
Breve diccionario olímpico
A Rubén Limardo
IGNACIO ÁVALOS GUTIÉRREZ


Absurdo. Ilógico. Alemania le ganó la medalla de oro a Brasil en voleibol de playa. Chismean que los brasileños piensan vengarse en el patinaje sobre hielo.


Adagio. Sentencia:
"Un solo Limardo no hace montaña (ni oculta la precariedad de las estructuras deportivas de Venezuela)".


Attar Sarah. Atleta de Arabia Saudita. Primera en participar en unas olimpiadas.

Ejemplo para la emancipación de millones de niñas y jóvenes árabes.


Barón de Coubertain. Noble francés. Creador de los modernos juegos olímpicos. Señaló que en el deporte lo importante no es ganar, sino competir, una de las frases más equivocadas de la historia humana. Comité Olímpico Internacional (COI). Supraestado. Gobierna el deporte mundial más o menos como le da la gana, a través de viejitos que están ya bien avanzados en la tercera edad y a quienes les gustaría prohibir el Twitter en los eventos deportivos.

China. Nueva potencia política, económica y también deportiva.

Obra, se afirma, de un Partido Comunista que cada vez cree menos en el comunismo, aunque sí en el autoritarismo.

Curiosidad. Deseo de enterarse. ¿La llama olímpica viene de Perú? Dopaje genético. Modificación de determinadas células humanas con el propósito de mejorar el rendimiento del deportista. Posibilidad científica que hará sentir nostalgia por la época en la que los atletas sólo usaban esteroides y vainitas así.

Duda. Incertidumbre. Limardo es el vértice de la pirámide, pero ¿Venezuela tiene la base? India. País asiático. Le ronca en la cueva a la élite económica y política del planeta, pero no a la deportiva. Obtuvo apenas 4 medallitas, ninguna dorada, igual que Grenada (que no le ronca a nadie).

Jamaica. País monoproductor de velocistas.

Lennon. Gran figura de los Juegos Olímpicos de Londres, a pesar de que ya falleció y no era deportista, sino cantante.

Lucha grecorromana. Disciplina deportiva. Consiste en dos tipos que se abrazan de manera muy extraña durante tres rounds y al final el árbitro, quién sabe por qué, declara vencedor a uno de ellos
.

Machismo. Patología que no termina de eliminarse entre los terrícolas. En los Juegos Olímpicos implica, entre muchas otras cosas, que las mujeres tengan que probar que lo son sometiéndose a revisiones humillantes a fin de ver cómo andan en materia de testosterona.

Misterio. Enigma. ¿Por qué el beisbol no estuvo en los juegos de Londres y sí están el canotaje, el badmington y, de vainita, las bolas criollas? Morochito Rodríguez. Boxeador venezolano. Logró la misma proeza que el esgrimista Rubén Limardo hace 44 años, cuando todavía no se había inventado eso de la generación dorada.

Nike. Diosa griega devenida en transnacional deportiva. Se dice que, aunque no compite, gana muchas medallas gracias a los productos que fabrica. Rivaliza con Adidas.

Política. En Venezuela se entiende como el arte de disentir respecto a cualquier asunto, incluso con relación a un atleta nacional que logra la medalla de oro en las olimpiadas.

Polonia. País europeo. Obtuvo dos medallas de oro, más la partecita que le toca de la de Limardo, quien ha vivido allá durante los últimos ocho años.

Pregunta. Interrogante. "Si lo importante no es ganar, sino competir, ¿para qué se cuentan los goles?". (Un niño lloroso a su entrenador, luego de perder un partido 2 a 0).

Usain Bolt. Capital de Jamaica, según cree un carajito de segundo grado, el mismo que dijo, hace un tiempo, que la capital de Uruguay era Diego Forlán.

Harina de otro costal Al parecer, la profecía de Orwel ­la del ciudadano vigilado por el Gran Hermano­ se ha cumplido.

Pero lo que este autor no previó fue que, junto con su evidente potencial democratizador, el desarrollo de las nuevas tecnologías y su acceso masivo a ellas también pudiera hacer posible que todos fuéramos vigilados por todos y, de paso, que el ciudadano vigilara al Estado, como lo parece demostrar Wikileaks. No previó, así, pues, que la relación de control dejara de ser unidireccional y cada quien pudiera ser, en su escala, un Big Brother.

Al escribir esto pienso en Karen Bolaños, la viceministra de Cultura de Costa Rica, a quien "colgaron", ligerita de ropas, en Youtube. La presidenta Laura Chinchilla la destituyó mediante decisión "moralmente correcta", aunque uno sienta que sancionó a la víctima.

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