viernes, 31 de agosto de 2012

LLAMAR A LA PARED

EL NACIONAL - Viernes 31 de Agosto de 2012     Cultura/4
ENTREVISTA La revolución sentimental se presentó anoche
Lecumberri: El libro es mi fotografía personal del país
Cuenta las historias asombrosas de la gente anónima que apoya o adversa la revolución bolivariana
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ

Era una publicista que ­cuenta­ abandonó su oficio para dedicarse a uno que parecía más rentable: el de maquillar a los cadáveres de la gente tiroteada que las funerarias rechazan. La historia de esa mujer evidencia los estragos de la delincuencia en el país y marcó de tal forma a la entonces corresponsal de la agencia de noticias France Presse en Venezuela que la convenció de escribir un libro que reuniera los relatos extraordinarios de la gente anónima a ambos lados de la confrontación política nacional.
Así nació La revolución sentimental, el título más reciente de la editorial Puntocero, que se presentó anoche en Caracas. Más allá de la personalidad avasallante del líder de la revolución bolivariana, son las anécdotas de esas personas ­la del policía que gasta sus ahorros en un chaleco antibalas, la de la niña que memoriza partituras por miedo a quedarse ciega y perder la fuente de su sustento y la de un militar que se proclama, más que un preso político, "un preso de Chávez"­ las que dicen la verdad del país. Y ese es el aporte central del libro: mirar con los ojos objetivos del extranjero las historias íntimas de los habitantes de un país en un momento social y político cuando menos difícil.
En la introducción del texto de 398 páginas la autora se refiere a lo que intentó hacer: "Un mosaico modesto, personal y por tanto incompleto, de un momento concreto en Venezuela, contado por sus propios protagonistas, con el objeto de poner a esta revolución un rostro diferente al de Hugo Chávez y de dar nombre y apellido a los desafíos, logros, osadías y errores de este proceso político, a menudo caricaturizado".
Los desafíos. Lecumberri, nacida en Pamplona, España, en el año 1973, dice que por ser extranjera le resultó difícil escribir sobre la situación venezolana. Por eso recalca que se trata de "su" fotografía personal del país: "Es mi propia versión, pero con rigor periodístico, pues todas las historias allí contenidas son reales y los datos están documentados, a pesar de que el tono de la crónica resulte personal y literario".
El libro también es un tributo de amor a un país que Lecumberri aprendió a adorar, por la sencillez de su gente y por su clima benigno. Como a muchos corresponsales internacionales, lo que más le impresionó a la periodista cuando llegó fue su división. "Como los habitantes de estos dos países no se ven ni se hablan, no pueden observar un montón de cosas. Por ejemplo, que se parecen mucho más de los que creen", asegura la autora que, ahora que vive en Francia, extraña las soleadas mañanas caraqueñas y el imponente Ávila.
También por eso se obsesionó con las historias que componen la obra que concluyó en poco más de seis meses, a pesar de que los testimoniales los recaudó en los años que pasó en el país como corresponsal de AFP. Si Chávez es el centro de Venezuela para el periodista extranjero que llega a trabajar aquí, porque su proyecto llama la atención y porque este es un país petrolero, Lecumberri quería entender mejor qué había detrás de la ciega devoción o de la profunda aversión por el líder que sienten los venezolanos de uno y otro bando.

Fotografía: Ernesto Morgado

Breve nota LB: Magnífica fotografía de EM. Posiblemente no se debe a la posición de la cámara, como a los colores apastelados (¿y sanitarios?) del contexto que hacen a la protagonista tocar desesperadamente a una puerta que no se abrirá: la pared.

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