lunes, 6 de junio de 2011

AMPLITUD DE HORIZONTES


San Mateo, 28: 16-20

En su homilía de ayer, el Padre Lauro Núñez comentó sobre las ausencias humanas revulsivas (SIC). Hay tareas insospechadas, las que parecen imposibles y hasta incapaces de asumir, como les tocó a los discípulos. La alegría se transforma en misión, tarea y responsabilidad. La ausencia no se percibe como drama.

La Ascensión, es una manera literaria para llegar al Misterio, lenguaje que lo expresa, pues el cielo no está arriba ni abajo. Jesús presente con otro modo de existencia, distinta a la física. No podemos conocerlo, el Misterio desborda nuestro pobre lenguaje. Destaca tres aspectos: la invitación a subir el monte, a hacerse responsable y a sentir su presencia.

Por una parte, según la Biblia, las grandes teofanías o manifestaciones de Dios ocurren en el monte. Resonancia bíblica importante. Cuando subimos a las montañas más altas, el horizonte se hace inmenso. El camino de la vida tiende a acortar la mirada. La subida amplía el horizonte de la misión apostólica. La restauración del Reino de Dios no será como lo creían los apóstoles (mesiánico,poder, etc.). Andan despistados, mirada rastrera pequeña. Hay que mirar omo dios mira, y no con la visión egoísta, posesiva.

Por otra, Dios confía en nosotros, nos hace responsables. Físicamente no se pueden apoyar en Jesús. Vayan y enseñen. Algunos titubean, dudan, están las dificultades y persecuciones.

Finalmente, sentir la compañía de Jesús, su presencia. Sin Él no somos capaces de evangelizar. Hay muchas maneras de hacerlo, aunque el Padre Lauro resalta dos: la oración que va más allá de los rezos, la que brota del corazón, sentida, descubriendo su presencia. E, inseparable, está el rostro de Jesús, el que nos dejó, no importa si desfigurado por el pecado, el vicio, la maldad, el sufrimiento, la pobreza. A Él también lo deasfiuraron. Y nos dejó ese rostro.

Lacasta

De acuerdo con nuestros apuntes, el Padre Alvaro Lacasta (04/05/08), señaló que somos peregrinoas, estamos en peregrinación; tensión espiritual, no nerviosa o que haga daño; día de alegría y esperanza, Jesús se va, pero permanece en nosotros; debemos incentivarnos en la esperanza de ver un día el rostro de Jesús; frecuentemente, bienes de este mundo nos entusiasman demasiado; Dios quiere que seamos felices; la miseria entró con el pecado, no fué su voluntad; espejismo, todos buscan la felicidad y muchos por mal camino (San Agustín); ayudar a recuperarse como peregrinos, gozar de las realidades no terrenas, suscitado o fomentando por el Espíritu Santo; Pedírlo: se ve creyendo, se siente esperando, se reconoce amando. Existe otro mundo y hacia allá vamos. Y no en forma mágica, sino desde el corazón mismo de la vida misma.

Ilustración: José Campos Biscardi

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