lunes, 27 de junio de 2011

SACRAMENTAR


NOTITARDE, Valencia, 26 de Junio de 2011
El Cuerpo y la Sangre de Cristo (Jn. 6,51-58)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

En este domingo los cristianos católicos celebramos la solemnidad de Corpus Christi o la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo que hace referencia al sacramento de la Eucaristía instituido por Jesús en la Última Cena, cuando nos dejó su presencia viva entre nosotros bajo los signos sacramentales de pan y vino. Pero, "Cuerpo de Cristo" es también la Iglesia; es decir, la Comunidad de los fieles que creen y siguen a Cristo como Dios y Salvador; siguen su enseñanza transmitida por los Evangelios, los demás libros del Nuevo Testamento y la Tradición de los sucesores de los Apóstoles que defendieron la fe en momentos difíciles de la Iglesia naciente. El sacramento de la Eucaristía o de la "Fracción del Pan" se relaciona directamente con la Comunidad que lo celebra y lo ha transmitido desde sus inicios; como lo dice San Pablo: "La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo?". En esta línea es que los cristianos católicos hoy celebramos, no sólo reconociendo que Cristo está presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el sacramento del altar, sino que públicamente lo profesamos al hacer la procesión con la Custodia que contiene el Cuerpo de Cristo consagrado en la Santa Misa, actualización del sacrificio de Jesucristo en la cruz, realizado de una vez para siempre y que Él mandó a celebrar y prolongar en la celebración de la misa, cuando dijo a sus Apóstoles: "Tomen, esto es mi Cuerpo". Tomó luego una copa… y les dijo: "Ésta es mi Sangre de la Alianza que es derramada por muchos" (Mc. 14,22-24). "Hagan esto en memoria mía" (Lc. 22,19).
El Corpus Christi nos recuerda que la Eucaristía y la Iglesia están en estrecha relación; que la Eucaristía es el centro de la fe de la Comunidad cristiana; que ella hace a la Iglesia, ya que es el mismo Cristo que la alimenta y sostiene y la Iglesia hace la Eucaristía porque son los legítimos pastores que obedeciendo el mandato del Señor hacen posible el milagro de la Eucaristía en medio de su pueblo, actualizando así los beneficios del sacrificio de Cristo en la Cruz. Por tanto, la Iglesia actualiza la Nueva Alianza sellada por Dios en Cristo para siempre.
En el sacramento de la Eucaristía se cumple la promesa que hizo Jesús de darnos a comer su Cuerpo y beber su Sangre. Así lo anunció en el llamado "Discurso eucarístico o del Pan de Vida", que parte de él leemos y meditamos en este domingo. Jesús no habla simbólicamente de comer su Cuerpo y Sangre, sino que de una forma milagrosa, como acostumbraba a hacer Él, asocia su vida al Pan y Vino consagrado: "Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo daré (anunciando y presagiando la Última Cena) es mi carne para la vida del mundo". De hecho, cuando sus oyentes escucharon aquel discurso se escandalizaron y marcharon porque consideraban a Jesús como un caníbal: "Se los aseguro que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su Sangre, no tienen vida en ustedes…" (Jn. 6, 51-59) y Él no cambia sus palabras, no las explica, simplemente pregunta a sus Apóstoles: "¿También ustedes me van a dejar?".
El Pan de Vida es el pan de la Eucaristía; es decir, la Carne, el Cuerpo de Jesús, que los cristianos católicos de manera solemne celebramos todos los domingos en la Santa Misa, obedeciendo así el mandato de Nuestro Señor. De hecho, la Misa es el memorial (actualización) de la Cena del Señor, la nueva pascua que pone de manifiesto la Nueva Alianza. Así como en el pasado los israelitas participaban de la carne sacrificada, ahora en la Nueva Alianza participamos del único y definitivo sacrificio comiendo el Cuerpo de Cristo y bebiendo su Sangre bajo las apariencias de pan y vino. Cuerpo y Sangre que nos nutren y garantizan vida eterna.
El cristiano que recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Iglesia y por la Iglesia, está llamado a construir la unidad, la fraternidad entre los hombres a través del amor, a vivir en la donación y entrega por amor a los demás, al estilo del mismo Jesús que se entrega por todos.
IDA Y RETORNO: Desde el pasado 23 de junio y hasta hoy, la Iglesia en Venezuela ha estado celebrando el IV Congreso Eucarístico Nacional, para meditar y hacer comprender a los fieles católicos que en la Eucaristía está el centro y culmen de nuestra fe cristiana. Que Jesucristo se quiso quedar entre nosotros bajo las apariencias del pan y vino, que son realmente su Cuerpo y su Sangre. Por eso, hoy en Caracas, nuestros obispos, muchos sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos comprometidos van a celebrar una misa para consagrar de nuevo a nuestra Patria Venezuela al Santísimo Sacramento, para que sólo Cristo sea y siga siendo el Señor y Dios de esta tierra que desde siempre ha sido consagrada a su amor divino. Bendice, Señor, a Venezuela y no permitas que el mal nunca triunfe, sino la fuerza de tu Evangelio. Que viva Jesucristo Sacramentado.

Ilustración: Mustafá Maluka

1 comentario:

  1. Examinaremos a continuación las doctrinas de la Iglesia Católica Romana, de modo que sus miembros puedan hallar la gracia de Dios. La realidad es que hay muchos católicos romanos que todavía no conocen a Cristo. Muchos de ellos podrán, por cierto, ser muy religiosos, pero aún no han recibido a Cristo en sus vidas. Estas personas pueden considerar a la Iglesia Católica como “la única iglesia verdadera”, o puede que piensen que no hay salvación fuera de la Iglesia Católica, pero aún así no saben cómo pueden ser salvos.
    El problema con la Iglesia Católica es que sus rituales y doctrinas no guían a la gente al conocimiento de la gracia y la salvación en Cristo. En lugar de ello, conducen a algo diferente. A lo largo de los siglos, esta Iglesia ha sido más y más afectada por las herejías, y hoy en día más bien conduce a la gente a desviarse gravemente.
    Entre otras enseñanzas falsas están, por ejemplo, María, los méritos de los santos, obras compensatorias, sacramentos y purgatorio.
    Vamos a examinar las doctrinas de la Iglesia Católica Romana de modo que todos puedan entrar en contacto con Dios. Nuestro objetico es que la gente encuentre la salvación personal y la gracia de Dios en Jesucristo. Tú, lector, posiblemente no seas de la misma opinión que yo, o no pienses en todas las cosas igual que yo. Lo más importante es que recibas la vida eterna que Dios nos ha dado.

    http://www.jariiivanainen.net/catolicismo.html

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